Sin tapujos ni miedos, este equipo va al frente sin importarle quien tenga enfrente. La versión ofensiva del Quilmes made in Sava, sigue dándole resultados frente a los conjuntos más encumbrados de la tabla. Tras ganarle a Racing y Tigre, este lunes por la noche dio cuenta de un Rosario Central que llegó al Centenario con la expectativa de quedar tercero en la tabla. Y si bien se puso velozmente en ventaja, por intensidad y convicción, el Cervecero logró dar vuelta la historia en el último tramo del juego, quedándose con tres puntos que confirman su levantada.

Partido raro, cambiante. Con equipos que sacaron diferencias en los momentos más pensados, pero con uno de los dos que hizo más gasto que el otro. Ese fue el QAC, al principio por ambición, llevándoselo por delante a su rival, pese a regalarse por momentos defensivamente, lo que lo llevó a quedar en desventaja, pero también por necesidad, al haber estado durante gran parte del mismo en desventaja en el tanteador.

Cuando Quilmes era más profundo e intentaba arrear al adversario contra su arco, los rosarinos pegaron el golpe. Ante una defensa adelantada y mal parada, Ruben hizo lo que los buenos delanteros hacen cuando quedan de frente al arco: definió con categoría a un palo, ante la salida apresurada del arquero, y Central pasaba a estar en ventaja. Increíble. Tanto, como que después de haber hecho una primera parte tremendamente buena, los de Sava no hayan podido llegar al empate.

Todo cambió en la parte complementaria. Porque la visita entendió que sin su goleador (salió por lesión), su propuesta debía ser achicando espacios para atrás, cuidando demasiado la ventaja parcial. Por eso, el encuentro se volvió más tedioso, cortado, con más roce y charla que lo que hacían con el balón en los pies. Inclusive, el Cervecero perdió en manejo y conexión de juego, al punto de casi ni aproximarse al arco de Caranta.

Pero… en un cotejo de trámite cambiante y situaciones inesperadas, en un tramo donde nada pasaba, terminó pasando de todo. Porque en una incursión ofensiva, Emanuel Morales (de los mejores del equipo) recibió un buen pase del ingresado Pérez Guedes y, casi como sacándose la pelota de encima, terminó colándola por el segundo palo. Y lo que ya se veía con alegría en el público local, finalmente se transformó en euforia, luego de un centro más de Droopy Gómez (la figura de la cancha), que Alegre desvió para mandar a la red y cambiar al conjunto ganador.

Y ante un Central ya tambaleante, que se acordó tarde de prodigarse por el espectáculo, otra vez Gómez con un centro, permitió la aparición de Bieler que le dio de lleno a la pelota con la cabeza, para cambiarla de poste y sentenciar la historia cuando casi no quedaba nada de tiempo. Los últimos minutos fueron para el lucimiento de Benitez, permitiendo que el rival no se ponga a tiro en el tanteador.

Han pasado todos adversarios bravos desde la llegada del nuevo DT y Quilmes ha sorteado todos esos obstáculos de forma convincente. Ahora arranca un nuevo juego: deberá enfrentarse con muchos rivales directos y habrá que ver si cuenta con las armas para sacárselos de encima de la misma forma que viene haciendo con los poderosos. Y sin ponerse colorado.