Las ventajas y los errores se pagan caros en el fútbol de hoy. Y Argentino de Quilmes no fue la excepción. Haciendo las veces de local en la cancha de Cambaceres, que se encontraba en pésimo estado, el equipo no pudo disfrutar de la ventaja parcial, porque al minuto sufrió la tonta expulsión de su arquero, figura y referente, Adrián Leguizamón. Con diez futbolistas, Cañuelas hizo pesar esa diferencia y en apenas un cuarto de hora dio vuelta la historia en la segunda mitad. Derrota dura, pensando en las principales posiciones.

Nada le salió como lo tenía previsto a este conjunto mate. Porque ya de movida, entregó la localía en un momento delicado del certamen, donde suelen empezar a cocinarse las posibilidades de los diferentes equipos. Y encima, lo hizo para jugar a puertas cerradas, sin el aliento de su público y en un campo que era un verdadero desastre, con faltante de pasto por todos lados. Para colmo de males, terminó viendo como un rival inferior, que está peleando por mantenerse en la divisional, le ganó el partido.

Sin hacer una buena producción, los de la Barranca tenían una mejor propuesta. Y aunque el campo de juego les jugara una mala pasada o los obligara a cambiar cierta fisonomía de su versión natural, con un Marclay enchufado y mínimas pinceladas de sus líderes futbolísticos, contó con las situaciones más claras y hasta se pudo poner en ventaja. Cabezazo de Aníbal Leguizamón, anticipándose en el círculo central, buen pase de Arias y mejor definición de Valenti, ante la salida del arquero.

Daba la sensación que el trabajo más duro ya estaba hecho: sacar una diferencia en un partido enredado y con poco ritmo. Pero el fútbol siempre tiene imponderables. Apenas sesenta segundos más tarde, el delantero Andrés Guzmán le punteó bien la pelota a Adrián Leguizamón, que tocó la pelota con la mano fuera del área. Roja directa, un hombre clave menos y el debut en el arco de Brian Delgado.

Sin Tello y con poca presencia en la mitad de la cancha, Cañuelas se lo llevó por delante en el inicio de la parte complementaria. Y en un abrir y cerrar de ojos, consiguió darle un giro al marcador: primero con un cabezazo de Guzmán (la figura de la cancha), que se anticipó al arquero y luego, gracias a un muy buen desborde de Yaski que Brunetti definió con la testa al ángulo superior izquierdo.

Forzado por las circunstancias, Argentino se la jugó, sobrepoblando la cancha de delanteros y acorralando a su adversario. Pero ese ímpetu terminó siendo más ganas que fútbol. Apenas dos o tres chances en más de media hora, no le permitieron rescatar un empate, que a esa altura de la tarde ya cotizaba como oro.

Entonces fue derrota y un nuevo traspié inesperado para este conjunto que, parece boicotearse solo. Tenía todo preparado para quedar a un paso de la punta y ahora termina la fecha alejada de nuevo de cualquier posibilidad de pelear por el ascenso.

Foto: Fernando Martini