Había mucha expectativa en la previa. Ya con Sacachispas cortado en el primer lugar de la tabla, tanto Midland como Argentino de Quilmes sabían que tenían una gran oportunidad de recuperarse de la mala racha que a ambos los viene persiguiendo en las últimas fechas y, a partir de eso, bajar a un rival directo dentro del pelotón de punta. Pero el partido jugado en Munro fue muy flojo y apenas tuvo emociones sobre el final cuando el desgaste hizo mella en ambos.

De antemano, Delbene Acuña realizó variantes dentro de la formación mate. Es cierto que fueron obligadas (Adrián Leguizamón con una contractura, Aníbal Leguizamón descompuesto y Sebastián Arias operado de apendicitis), pero la baja de nombres importantes y de referencia dentro del plantel, generaba una sorpresa por el rendimiento del equipo.

Y aunque los reemplazantes estuvieron dentro de lo mejor: Rocha tapó una pelota de gol, Horacio Iglesias mostró seguridad por la banda derecha, el rendimiento de los de la Barranca sigue muy bajo. Apagados los que deben manejar la pelota en la mitad de la cancha, el equipo modificó su idea primaria del trato del balón, por ser más directo y revolearla contra el arco contrario.

Y encima se encontró con un local (aunque se disputó en cancha de Colegiales) que apostó más al adelantamiento de Argentino, con un solo delantero como Gustavo Pastor y sabiendo que debía ser efectivo para convertir en las pocas veces que terminaba generando peligro. A pesar de eso, tuvo las más clara en los pies del ingresado Lezcano, que disparó a quemarropa obligar a una gran estirada del arquerito celeste.

Eso fue en el segundo tiempo, el momento de las únicas emociones de la tarde. Es que, un ratito antes el Mate había hecho revolcar a Leonardo Ojeda con un remate de Gustavo Escobar, que después también le contuvo el rebote a Hermoso. Y antes del final, Valenti tuvo su única oportunidad de la tarde (a esa altura, ya sin lluvia) con un disparo cruzado que se fue al lado del palo.

Un punto repartido que no le termina de sumar a ninguno de los dos equipos, que ven como los adversarios empiezan a superarlos y mientras no reaccionen, deberán rogar con llegar al final del año en la mejor colocación posible.