Se trata de una familia típica de cuatro integrantes. Sin embargo, resulta que la mamá, Liliana Mariel Góngora, representó al país en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 84 y es considerada la mejor medio fondista argentina de todos los tiempos. Ahí, ya el adjetivo “típico” deja de hacerle justicia a estos quilmeños. Y más aún cuando descubrimos que la pasión por el atletismo también corre por las venas del resto de sus integrantes. El papá, Ricardo Gaviola, quien supo destacarse en pruebas de velocidad y decatlón, es el entrenador del plantel del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, en el cual, como no podía ser de otra forma con esta carga genética, sobresalen sus dos hijos Leandro y Julián. Se trata, además, de un equipo que, con la conducción de esta pareja, está formado en su mayoría por deportistas de esta ciudad.

- ¿Cuál fue el origen de este grupo? ¿Cómo fue el proceso de captación de los chicos quilmeños que integran actualmente el equipo de San Lorenzo?

- Ricardo: En una primera etapa, allá por 2012, estaba conformado solo por mis hijos, Leandro y Julián, cuando ambos corrían para EMA Avellaneda y eran entrenados por mi suegro, Alberto Gongora, el entrenador de toda la vida de Liliana. En ese momento decidimos comenzar a entrenarlos nosotros y, a mediados de 2014, surgió la posibilidad de correr para San Lorenzo. Allí comenzó a gestarse el plantel al sumarse varios atletas de Avellaneda y luego con la la llegada de los chicos de Quilmes, algunos de ellos llegaron por amistad con Julián, ya que son de la misma edad, y otros porque les gustaba el sistema de entrenamiento que aplicábamos.

- ¿Cuál es su rutina de trabajo?

- R: Tratamos de brindarle a los chicos todas las herramientas, conocimiento y experiencia que está a nuestro alcance y que hemos cosechado a través de años en el atletismo. En este deporte siempre se puede progresar y siempre tendrás una prueba que vas a poder desarrollar convenientemente. En nuestro equipo cada atleta tiene su rutina personal. Entrenamos entre 6 y 10 veces por semana, de acuerdo al nivel y disponibilidad de cada uno. Ponemos especial atención en la preparación física y en la técnica individual. Sin perfeccionar la técnica es muy difícil mejorar.

- Varios integrantes muestran una proyección importante en sus marcas nacionales, ¿cuáles son los objetivos para esta temporada?

- R: En nuestro grupo tenemos dos atletas de muy buen nivel: Otilio Rosa Puntiel y Julián Gaviola. Ambos, a pesar de su corta edad, ya acumulan muchas competencias nacionales en sus respectivas categorías y también en Mayores. El principal desafío consiste en poder consolidarse en el ranking nacional y, como consecuencia, comenzar a competir internacionalmente. En el caso de Otilio, quien nació en República Dominicana y está radicado en Quilmes, ya cuenta con marcas que le permitirían competir afuera pero, por cuestiones burocráticas, todavía no pudo conseguir su ciudadanía argentina. El ya ha manifestado su firme interés en representar al país, pero se nos está haciendo difícil el tema de su documentación.

- ¿Te sorprendieron los resultados que obtuvieron en este tiempo?

- R: Los logros en atletismo son consecuencia del trabajo. Y, como trabajamos muchísimo, no nos sorprendió. Todavía estamos esperando a que los otros integrantes también “exploten” y nos brinden más satisfacciones. Lamentablemente tenemos muy poco apoyo. Estar en la alta competencia implica tener médicos, instalaciones, suplementos nutricionales, vestimenta, calzado. Cosas que deben ser las indicadas para el nivel que pretendemos. Encima carecemos de sponsors, ya que las grandes marcas solo se dedican al negocio de las carreras de calle y no apoyan a los chicos que hacen pista.

Una leyenda de las pistas

Cuando, con apenas 18 años, Liliana Mariel Góngora representó al país en Los Angeles 84 se convirtió en una de las tres atletas argentinas más jóvenes en disputar un Juego Olímpico. Además, fue la primer sudamericana de la categoría Menores en correr por debajo de los 10 minutos en 3000 metros (1983). Actualmente, tres décadas después de su retiro, aún posee los récords nacionales juveniles de 1000, 1500 y 3000 metros y de los Campeonatos Sudamericanos Juveniles, ubicándose en el 5to puesto del ranking argentino permanente en 800 metros y el 8vo en 1500 metros.

- ¿Qué recuerdos tenés de tu participación en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 84?

- Por un lado hermosos, ya que participar con 18 años de un Juego Olímpico es algo absolutamente inolvidable. Pero, por el otro, en la parte deportiva, no fue tan bueno porque no pude rendir como lo esperaba. Hubo alguna desinteligencia con los técnicos que nos acompañaron en relación a los horarios de las competencias, los nervios… en fin, falta de experiencia. En aquella época los deportistas no viajábamos con nuestros entrenadores, así que dábamos una ventaja muy grande. No logré cumplir con la estrategia y quedé afuera de la final, que era el objetivo. A la semana siguiente, en el Panamericano Juvenil que se realizó en Bahamas, hice el record nacional de 3000 metros (9:34,7), marca que me hubiera puesto en la final olímpica. Igualmente el recuerdo de llevar la camiseta nacional en los Juegos es el orgullo mas grande de mi vida deportiva.

- ¿Qué te genera ver que después de tanto tiempo seguís estando dentro del Top Ten de los medio fondistas argentinos?

- Mucho orgullo, pero también me preocupa por la actualidad del atletismo argentino. Realmente uno toma conciencia de lo que hizo con el paso del tiempo. Cuando corría no tenía noción sobre lo que iba logrando, no le daba tanta trascendencia. En cambio ahora, de grande, cuando comenzás a enumerar los logros, cuando ves las marcas, pensás: ¡valió la pena tanto esfuerzo!. En cuanto a los records, me pone contenta cuando alguna de las chicas lo mejoran, como el de 800m de Menores que estuvo más de 30 años para que lo batan. No debería pasar tanto tiempo, algo estamos haciendo mal.

- ¿Cómo ves al atletismo nacional?

- Con muy pocos logros y eso que, con las becas del ENARD y de la Secretaria de Deportes, hay mucho más apoyo del que había en mi época. Igualmente cuesta mucho llegar. Hay muchos chicos, como los de San Lorenzo, que tienen muchas condiciones, pero se les hace muy duro ya que si no sos el número uno absoluto nadie te apoya. Así, quedan muchos en el camino, porque a los 17 años, en lugar de comenzar a entrenar a full, optan por trabajar o seguir en la facultad, ya que el deporte no les brinda ninguna posibilidad de desarrollo y termina llegando solo aquel que tiene un sostén económico, mientras que muchos con gran talento optan por abandonar.

Hay Equipo

El plantel de atletismo del Cuervo es bien Cervecero, con gran mayoría de deportistas oriundos de Quilmes. Junto a los ya citados Julián Gaviola y Otilio Rosa Puntiel, actualmente los dos prospectos de mayor proyección a nivel nacional, integran también el equipo Alex Carrer, Damián Romero, Agustina Riveros y Abril Castro.