Con una imagen renovada y mejorada, Argentino de Quilmes se da el gusto de seguir creciendo en el campeonato. Después de dos victorias consecutivas, el equipo de Juan José Acuña llegó a la cancha de Dock Sud para afrontar otro duelo con una rivalidad especial. Y pese a ciertas intermitencias y bajones, volvió a responder, estuvo a la altura en los momentos claves y se quedó con tres puntos vitales para seguir edificando su levantada en la tabla.

Mejor acomodado en la cancha, con una mayor respuesta física y con valores individuales que empezaron a mostrar un nivel que está a la altura de las obligaciones del equipo, el Mate sigue dando que hablar. Se plantó ante el Docke, fue el frente desde el arranque y sacó diferencias para manejar el trámite del partido.

Es cierto que tuvo baches, que en el inicio del segundo tiempo perdió durante un rato la pelota y eso casi le trae más de un dolor de cabeza, pero está claro que son mucho más los puntos positivos que los negativos para un conjunto que parece estar en plena etapa ascendente y de crecimiento.

Un error del fondo local (Huichilef, stopper por izquierda, dejó corta una pelota) y esto fue aprovechado por Valenti, increíblemente esta vez no para convertir, sino para habilitar a un Alejandro Monzón que solo tuvo que tocar la pelota ante la salida del arquero Budiño. Y con un rival adelantado, las contras fueron una constante. En una de ellas, la empezó y la terminó Walter Hermoso, que tras centro de Brian Duarte, definió entrando por el medio del área.

Los de la Barranca vivían su mejor momento en el tramo final de la etapa inicial, pero un pelotazo intrascendente fue aprovechado por Matías Mena que se inventó un gol, pasando a dos defensores y definiendo al segundo palo desde un ángulo complicado. Y ese sacudón casi lo paga, porque en la última jugada de esa parte, Adrián Leguizamón salvó el empate arrojándose contra un palo ante un cabezazo en palomita de Rodrigo Alfonsín.

Después de un rato donde regaló el protagonismo, el tercer gol trajo tranquilidad y prácticamente sentenció la historia. Después de una escapada propia, Aníbal Leguizamón se quedó dando vueltas por el área, nadie lo advirtió y el hoy lateral derecho de la visita anotó el tercero con su cabeza, ingresando por el segundo palo. Iban 24 minutos y la historia empezó a liquidarse.

La impotencia y el apuro de Dock Sud lo llenaron de errores y le sacaron toda chance de armar una remontada histórica. Es más, terminó lleno de impotencia, entrando en el juego sucio que llevaron a las expulsiones de Alfonsín primero y Diego Sequeira después. El problema para Argentino fue que Hermoso también entró en ese juego y se fue ante a las duchas. Todo esto, en los últimos diez minutos.

Pese a esa pequeña mancha, el Celeste se puede dar el gusto de celebrar a lo grande este momento de la temporada. Nueve puntos sobre la misma cantidad posible, con dos de esos triunfos logrados fuera de casa y mostrando una mejora sustancial en su nivel individual y colectivo. Un momento que, sin dudas, invita a creer que el equipo pueda aparecer entre el lote de protagonistas.