Tras superar dos lesiones de rodilla que pusieron en jaque su continuidad en el máximo nivel, Elke Karsten espera con sed de revancha dentro del handball. La central de la Selección Femenina Argentina tendrá su primera oportunidad de dejar atrás el momento más crítico de su carrera deportiva cuando, justamente con la casaca albiceleste, forme parte del equipo que disputará la 14º edición del Panamericano Adulto que se jugará en Villa Ballester del 18 al 25 de junio.

Para Karsten, como para todo el handball nacional, este torneo no será uno más. Argentina volverá a ser sede del máximo certamen continental después de dieciocho años, con una selección que llega en uno de sus mejores momentos deportivos de la historia. En la cabeza de Elke, tendrá un plus, porque significará su regreso a las canchas luego de su segunda operación de ligamentos cruzados, lesión que la hizo dudar sobre su continuidad en el deporte de alto rendimiento.

“Después de la segunda lesión estuve a punto de dejar el handball. Ahora me quiero regalar un buen torneo, disfrutarlo y aportarle al máximo al equipo. Me lo tomo como algo personal, lo vivo como una revancha, sería muy importante para mi después de estar dos o tres años a las cachetadas volver y conseguir realmente una estabilidad”, anhela la quilmeña que en el Mundial Junior 2014 sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y dos años más tarde, esta vez jugando para el Málaga español, debió lidiar con una lesión similar en la rodilla izquierda.

En ambos casos debió ir al quirófano y afrontar una larga recuperación, pero para ella eso ya es historia y solo piensa en Buenos Aires 2017: “Me siento muy bien, tuve una rehabilitación relativamente rápida, solo estoy cumpliendo los tiempos recomendados. La semana pasada jugué varios minutos en el amistoso contra Lanús, me sentí cómoda, tal vez un poco fuera de ritmo pero lo importante es que la rodilla respondió”.

La Garra, que integra el Grupo B con Guatemala, República Dominicana, Chile y Uruguay, debutará el domingo 18 de junio ante las guatemaltecas, buscando cumplir varios objetivos a medida que avance el torneo. “Hay que estar en el Mundial de Alemania si o si, eso es lo fundamental, pero también no podemos permitirnos estar ausentes en la final de nuestro torneo”.

Pese a sus 22 años, Karsten jugará su octavo torneo oficial con el seleccionado tras su primera aparición en el Panamericano de República Dominicana 2013. Esa experiencia es la que le permite vislumbrar un crecimiento del handball femenino: “Algo cambió durante estos años. Se nota un buen trabajo que viene muy desde abajo. Todo esto está repercutiendo en la cantidad de jugadoras que vamos a jugar en el exterior a partir del próximo año. Solo nos queda demostrarlo y esta será una buena prueba”.