
El equipo no aparece, no termina de gustar. Pero si hay algo que deja medianamente tranquilo a este Quilmes después de las primeras fechas del campeonato es que, en pleno proceso de formación, sigue ganando. Al menos, jugando en casa. En otro partido duro y friccionado, ante un Los Andes que llegaba invicto, los dirigidos por Lucas Nardi aprovecharon una definición de Miguel Caneo que, en su regreso al Centenario, le dio tres puntos importantes al Cervecero.
¿Mitad del vaso lleno? ¿O vacÃo? Hay quienes se quedaran con el resultado y la sumatoria de un conjunto que, gracias a la victoria, se mantiene entre el pelotón de punta. Pero también es lógico que aparezcan aquellos que dudan del momento, por las bajas producciones que viene mostrando el QAC en estas fechas iniciales. Otra vez, volvió a sacar un triunfo que, quizás, le haya quedado un poco grande por lo visto en los noventa minutos.
Si bien en el primer tiempo casi no pasó zozobras y controló bastante a su rival, casi no creo situaciones de gol. Si bien, el equipo mejoró en ciertos movimientos con la pelota, en la salida en transición de defensa-ataque, tampoco contó con demasiadas variantes en ofensiva, más allá de algunos toques claros con el balón que por momentos ofrecÃa el propio Caneo.
Y casi que la diferencia llegó en uno de los pocos tiros al arco se esa etapa inicial. Un centro llovido y pasado en el que el Diez sorprendió a todos. Mordiendo la pelota, sin definir con claridad, desconcertó aún más al buen arquero Gagliardo y el balón se terminó metiendo pidiendo permiso en el arco.
En el tramo final se vio lo peor del QAC. Los Andes se adelantó, lo apuró, le sacó la pelota y lo limitó demasiado. Sin capacidad para recuperarla con más continuidad, salvo en cada participación de Augusto Max (gran segunda parte que le sirvió para erigirse como el mejor del equipo), el equipo naufragó, se descontroló defensivamente y pasó peligro en un par de oportunidades. La poca profundidad de la visita hizo que la cosa no se pusiera más brava pero TrÃpodi le sacó un cabezazo a quemarropa a GarcÃa y Miranda desvió otro que se fue cerquita del palo.
Entre el aguante como sea y alguna contra que no trajo demasiadas consecuencias, Quilmes pudo lograr que se consumiera todo ese tramo, manteniendo en cero la valla propia y asegurando el segundo triunfo consecutivo en su cancha. Evidentemente, por ahora le sirve para acomodar los números y esperar… Esperar que la idea del entrenador aparezca de una buena vez y ver si, de esa manera, el equipo puede consolidar ese deseo de protagonismo al que tanto aspira.