Si hay algo que ha aprendido este Argentino de Quilmes utilitario de esta temporada es a entender cuando el partido y el rival le dan las chances de sacar tajada del mismo. Sabe oler los momentos de debilidad para cazar a su presa. Eso sucedió en la calurosa tarde de domingo cuando, sin ser superior, terminó quedándose con un triunfazo en calidad de visitante, ante uno de los equipos de nombre que tiene la categoría. Primer éxito del año, que permite volver a creer.

En el fútbol se gana con goles, no hay misterios. Y en esta ocasión, el Mate supo aprovechar sus ocasiones para contrarrestar los pasajes de dominio de Italiano. Un dominio que solo tuvo su correlato en la tenencia de la pelota y en la mayor decisión atacar a su adversario. Pero se quedó en eso, esperando por alguna de sus figuras, que ellas le puedan generar el desequilibrio, algo que nunca ocurrió.

En cambio, los de la barranca fueron pacientes. Nunca se desesperaron y se envalentonaron a partir de cada ataque comandado por Cachete Oberman, sin dudas, el gesto más positivo que dejó la calurosa tarde. Después de no haber sido tenido en cuenta durante gran parte del proceso de Monzón (NdeR: estaba muy mal físicamente), el DT apostó por esa carta y le dio resultado. Y fue justamente él quien abrió la cuenta cuando iban 40 minutos de la primera parte.

Eso confundió más a Italiano, que no logró despertar en el complemento. Encima, llegó el penal que, a los 21 minutos, Gabriel Tellas cambió por gol. Eso terminó de afianzar en la cancha al equipo, permitiendo un mejor manejo de los tiempos y el trámite del mismo. Del otro lado, demasiadas confusiones y poca claridad que pudieran llegar a revertir la historia.

Primera victoria en el 2018 para un Mate que vuelve a mirar de reojo la tabla. Sus ganas de llegar al Reducido pueden más que sus desniveles en el juego. Pero al equipo le sobra coraje, eso que le transmite el entrenador y que lo mantiene expectante en sus objetivos.

Foto: Sp. Italiano oficial