
Es cierto que las matemáticas todavÃa dan una posibilidad de seguir haciendo cuentas, pero este domingo Quilmes parece haber recibido un piñazo de nocaut. Uno de esos de los que difÃcilmente te podés levantar, más allá de las ganas que podes tener para seguir intentando cambiar la historia. El equipo volvió a tener un mal partido y cayó merecidamente ante u Independiente Rivadavia que fue más pese a que su entrenador asumió hace apenas tres dÃas atrás.
Siguen pasando las posibilidades y el QAC se encarga de ir despilfarrando una tras otra. Y los porqués son lógicos: este conjunto que ahora dirige Mario Sciacqua nunca ha dado la talla suficiente a la categorÃa. Y la expresión mostrada ante los mendocinos fue una más de las tantas que se han visto en esta temporada de la B Nacional. Al igual que en varias de estas últimas jornadas, enfrentó a un adversario que llegaba alicaÃdo y termino penando con una dolorosa derrota.
Y si bien, el partido vuelve a decidirse por situaciones puntuales, lo cierto es que Independiente volvió a tener una mayor capacidad para explotar sus virtudes (principalmente volcando el juego por la franja izquierda) y para leer mejor las carencias de un rival que volvió a dejar espacios y a mostrarse endeble defensivamente. Las más claras en el rato inicial fueron para la visita, con un cabezazo de Céliz y un disparo desde afuera, que obligaron a estiradas de TrÃpodi.
Con un poco más de enjundia y ganas que juego, el Cervecero apenas reaccionó con un remate de Gonzalez y un rebote que no terminó de ser bien capitalizado por Jonathan Torres, en medio de un último tramo del primer tiempo en el que trató de llevarse por delante a su adversario. Pero apenas serÃa un espejismo…
El tramo complementario arrancó con una acción infantil de AlbarracÃn que en su regreso tuvo un mal partido y encima se hizo expulsar por un golpe en la mitad de la cancha. A partir de ahÃ, la Lepra tuvo varias claras para poder convertir, hasta que en un nuevo error defensivo, Irañeta entró solo por el medio del área y definió ante la salida del arquero.
El descontrol se apoderó de Quilmes que fue para adelante con desesperación pero sin fundamentos. Asà y todo, casi sobre el cierre Alex Silva estuvo cerca de quedar mano a mano con el arquero, pero demoró demasiado su remate y fue bien tapado por la marca rival.
Noche durÃsima en la vida futbolÃstica de un QAC que ahora empieza a advertir que el segundo descenso consecutivo está a la vuelta de la esquina. Y no simplemente porque está obligado a sacar mÃnimamente el cincuenta por ciento de los puntos, sino porque el equipo trasmite poco en el terreno de juego. Da la sensación que ya no habrá campana que evite el nocaut.