En un par de semanas se sabrá el valor de los tres puntos sumados por Quilmes ante el Deportivo Morón. En un duelo cargado de tensión, obligaciones y con un equipo jugado y entregado el todo por el todo para aprovechar la última oportunidad para reencausar sus posibilidades de permanencia, logró sumar una trabajosa victoria ante un rival que llegaba invicto en el año. Los de Sciacqua fueron superiores pero se impusieron con dos penales polémicos.

¿Qué hubiera pasado si un par de minutos después del carambolesco tanto visitante no llegaba la sanción del penal por parte del árbitro Paletta? Seguramente al QAC se le hubiese vuelto muy cuesta arriba una situación tan al límite como la que le tocó vivir este martes por la noche. Pero en una instancia en la que ya no tenía margen, respondió, estuvo a la altura desde la entrega y en varios pasajes también desde el juego, siendo superior a un Morón bastante apático y conformista.

El primer tiempo fue lo mejor del Cervecero aunque le costó generar aproximaciones claras y encima, de rebote, el Gallo se puso en ventaja: un despeje de Federico Alvarez rebotó en un rival y habilitó dentro del área a Javier Rossi que, con una asistencia involuntaria, puso el primer tanto. Enseguida llegó la calma por una decisión muy cuestionable del juez, que vio agarrón a Cadenazzi, cuando el delantero venía manoteándose con su marcador. Jonathan Torres tomó la pelota y, asegurando fuerte, anotó el empate.

Morón se adelantó un poco para el segundo tiempo y el partido se hizo un poco más dinámico, aunque las opciones más claras siguieron estando para el QAC: centro que no llegó el nueve y un mano a mano de Leandro Gonzalez que se fue contra el palo. Hasta que tras un nuevo centro, lo tiraron de nuevo a Cadenazzi en el área chica y nueva pena máxima. En este caso, el contacto fue más evidente, aunque también haya dejado algunas dudas. El fue quien ejecutó esta vez y, con mucha tranquilidad, puso la ventaja en el tanteador.

Los nervios de un lado y otro jugaron para que haya malas decisiones en todo el último tramo del encuentro. Quilmes lo tuvo para sentenciarlo con un remate flojito de Torres y en medio de muchos centros ante un adversario plenamente replegado, la visita también podría haber convertido con una pelota dando vueltas dentro del área que no llegó a conectar Martínez y que despejó a la carrera Trípodi.

El Cervecero necesitaba la victoria y la logró. Un éxito tan merecido como sufrido y polémico pero que le da vida para jugar sus últimas dos jornadas en el campeonato. Sabe que debe sumar entres tres y cuatro puntos más para lograr la salvación, bastante para recorrer aún, pero con el ánimo fortalecido y con el entusiasmo de saber que todavía se puede.