Nacido a mediados del siglo pasado, el powerlifting -también conocido como levantamiento de potencia, pesas potencia o simplemente potencia- es un deporte de fuerza pariente de la halterofilia (levantamiento de pesas) que consiste en tres eventos: la sentadilla, el banco plano y el peso muerto. Una disciplina que exige al máximo al atleta y que tiene en Quilmes a dos exponentes de gran nivel, nada menos que los flamantes campeones argentinos Aixa Tebaldi y Leonel Ortiz, quien comparte con DQ los secretos de esta actividad y el reciente éxito que ambos alcanzaron.

“Los dos nos iniciamos prácticamente juntos. En mi caso me pareparé para físicoculturismo durante cuatro años, mientras que Aixa hacía crossfit. Hace un año aproximadamente empecé con el powerlifting y, al mismo tiempo, a entrenarla a ella. Nos acompañamos en todo”, explica Leonel.

- ¿A qué se debió el cambio de disciplina?

- Principalmente a que, como soy entrenador, siempre fui probando cosas diferentes para saber y conocer todo tipo de entrenamiento. Me gusta mucho entrenar pesado, pero como el fisicoculturismo requiere un orden extremo con la comida y ya no tenía ganas de privarme de tantas cosas, opté por este cambio.

- Sin embargo, la preparación para el levantamiento de potencia también es muy exigente...

- Sí, la planificación del powerlifting es específica para volverse más fuerte en tres ejercicios básicos: sentadillas, peso muerto y banco plano. Y también apunta a tener una masa muscular que pueda generar y resistir esa fuerza necesaria para mover tantos kilos.

- ¿Cuánto hace que comenzaron a competir?

- Muy poco. Arrancamos en marzo con dos torneos en los cuales ambos quedamos en el primer puesto y luego el Argentino de la Alianza Argentina de Powerlifting (AAP) y Global Powerlifting Alliance (GPA) en el que nos coronamos campeones. En todos los casos, las categorías se dividen por peso corporal y edad, nosotros lo hicimos en la categoría open (más de 21 años), Aixa ganó en la de hasta 75 kilos y yo en la de hasta 100 kilos.

- ¿Cómo fue la planificación para ese certamen?

- Nos estuvimos preparando desde cinco meses antes del primer torneo, pero, además, ya veníamos entrenando otras cosas así que la adaptación a esta disciplina y sus competencias no fue tan difícil.

- ¿Se imaginaban poder alcanzar un logro de semejante importancia en tan poco tiempo?

- Consagrarnos en un torneo plagado de atletas de gran nivel y experiencia como el Campeonato Argentino fue una verdadera sorpresa porque ambos somos muy novatos en este deporte, sin embargo, se dio de esta manera, muy rápido y nos convertimos en los primeros campeones quilmeños de powerlifting de la AAP y la GPA. Por ello, me guastaría agradecer a mi preparador Ezequiel Costa, quien es uno de los máximos exponentes del entrenamiento de fuerza en el país y cuyo trabajo fue fundamental para que llegarámos a lograr estos objetivos. Ahora, ya estamos centrados en lo que será nuestro último torneo del año en la federación internacional World Raw Powerlifting Federation (WRP).

Los orígenes

Existen pocos documentos que revelen el principio del levantamiento de potencia como deporte organizado pero, considerando que se trata de una disciplina de fuerza que lucha contra la gravedad, puede aventurarse la hipótesis de que en la edad de piedra ya se realizaban los primeros pesos muertos, no con una barra y unos discos equilibrados, como en la actualidad, pero sí con distintos objetos de trabajo como troncos o piedras.

El powerlifting, como tal, empieza a practicarse a finales de los años cincuenta del siglo pasado en los míticos gimnasios de culturismo de Estados Unidos. Allí comenzaron a realizarse las primeras competiciones y, a mediados de los sesenta, los torneos ya eran a nivel nacional. En esa época el levantamiento de potencia llegó a Europa, en 1971 se disputó el primer Campeonato del Mundo y, un año más tarde, se fundó la Federación Internacional de Powerlifting (IPF). La evolución fue lenta pero, poco a poco, hacia fines de esa década, esta práctica era ya una realidad deportiva, la cual no tardó en extenderse al resto de los continentes.