Que mejor manera que terminar el año futbolístico que ganando un clásico. Y más si se da como le tocó vivirlo este lunes por la tarde a Argentino de Quilmes. Con un escenario especial como el Estadio Centenario, con mucho color en las tribunas gracias a la presencia de las dos hinchadas y, en lo futbolístico, pegando en los momentos justos para poder consolidar una recuperación evidente en la tabla y, a la vez, complicar al adversario directo en la lucha por la salvación.

Gran momento del futbol de ascenso como corolario del semestre. Sin dudas, se trató del partido de la fecha, por la rivalidad, por la puesta en escena y por las ganas de ambos de volver a enfrentarse y tratar de sumar puntos que, en su lucha personal, terminaría siendo un aliciente para la parte definitoria de la temporada. Con los tres puntos en el bolso, sin dudas, el Celeste es quien puede disfrutar de un cierre ideal.

Si bien, a los dos les costó engancharse con su juego, la voluntad y la intensidad estuvieron presentes a lo largo de los noventa y pico de minutos que duró el partido. Y cuando parecía que era Bera quien estaba más cerca porque dominaba las acciones y ya había llegado con peligro, Brian Duarte armó un tremendo slalom yendo desde la derecha hacia el medio y, con un disparo a colocar al segundo palo, desde el borde del área, abrió el tanteador con un golazo.

La visita reaccionó, el juez dejó dudas en la no sanción de un penal (posible mano en alto en el área, tras un corner), pero siempre le faltó capacidad de resolución en los últimos metros. Ya en el segundo tiempo, el Mate se acomodó mejor, bancó los avances rivales casi sin comprometerse salvo algún disparo de media distancia y terminó cerrando el partido. Con más alternativas en ofensiva, aprovechó una buena subida de su lateral derecho, Leonel Barrios, que remantando al primer palo, convirtió el segundo.

Entonces todo terminó en una gran fiesta para Argentino, que en los últimos tiempos se ha convertido en el gran dominador del duelo zonal. Derrotó a su rival directo, vivió una fiesta distinta a las habituales y terminó de redondear una levantada que lo puso de nuevo en la pelea grande.

Tiempo de descanso a la espera de un nuevo año que, seguramente, volverá a acercarle la posibilidad de cumplir ese sueño de ascenso que le quedó atragantado a mediados de este 2018.

Foto: Mate Eterno