A diferencia de aquellos que creían que iba a tratarse de un duelo cerrado y complicado por delante, el Rocasa Gran Canaria volvió a imponerse al Kristianstad Handboll, esta vez en tierras suecas, y logró cerrar con holgura y categoría su paso a la gran final de la Challenge Cup europea. Fue 31-20 para el equipo en el que juega Manuela Pizzo que, de esta manera, selló su clasificación por segunda vez consecutiva, y tercera en cuatro años, a una final de tal magnitud.

El conjunto canario se mostró muy concentrado, con la mente puesta en obtener el pasaporte a la final, y supo cómo dominar la situación prácticamente de principio a fin. Tenía a su favor la ventaja de los cinco goles a favor, producto de la victoria en la ida (22-17).

El partido arrancó con ritmo y un marcador muy ajustado hasta la mitad de la primera parte, momento en el cual las locales se escaparían mínimamente en el marcador pero que empataría rápidamente una sublime Manu Pizzo, recuperando la paridad (9-9).

La ventaja conseguida por las españolas en el inicio del segundo tiempo, generó una presión extra para las locales y mejoraría la presión defensiva adversaria, lo que terminó significando un despegue importante en el tanteador, lo que comenzaría a cerrar la historia de forma anticipada (17:21).

Las suecas intentarían recortar el marcador pero seguirían acumulando pérdidas en ataque y eso sumado al poder goleador de las principales referentes ofensivas, harían más cómodo el triunfo que le da una nueva chance de disputar el título de la final europea.