El Rocasa Gran Canaria hizo sus deberes y aprovechó la ventaja de siete goles que se había traído del partido de ida en Polonia (23-30), para volver a convertirse en campeón de la Copa EHF Challenge, a pesar de perder por un tanto, 23-24, en la vuelta disputada en su estadio. De esta forma, el equipo en el que juega Manuela Pizzo comienza a vislumbrar una gran temporada, en la que sumó su segunda copa continental en cuatro años y espera asegurar el título en la Liga.

La revancha de la gran final mostró un triunfo de las polacas del Pogon Szczecin, en parte porque en el elenco español hubo minutos para todas, las más habituales y las menos, a quienes el técnico Carlos Herrera quiso hacerles partícipes de esta fiesta del club gran canario.

De hecho, el equipo canario salió decidido a evitar sorpresas y dominó el partido desde el inicio. Mandó en el marcador durante toda la primera mitad, acompañado por la seguridad de Silvia Navarro y la efectividad de jugadoras como Sayna Mbengue que permitieron ponerse en clara ventaja (8-4).

A medida que fueron pasando los minutos, con el objetivo de conseguir título de la Liga Guerreras Iberdrola en mente, el entrenador comenzó a dar minutos a las menos habituales, lo que acercó a las polacas en el marcador, 15-12 al descanso. Ventaja que aumentó al inicio del segundo tiempo (17-12), en lo que fue la máxima ventaja y que a partir de ahí fue en descenso, hasta llegar a la igualdad (22-22) a falta de siete minutos para el cierre.

En los minutos finales, el conjunto polaco estuvo más acertado para llevarse el partido por un solo gol de diferencia, mientras que las canarias ya estaban con la mente puesta en su próximo compromiso liguero en tierras asturianas. Para Manu Pizzo, cuatro tantos y una copa que realza su recorrido por el balonmano profesional.