Un nuevo campeonato se puso en marcha para Argentino de Quilmes. Después de un comienzo complicadísimo ante adversarios que están para una pelea superior, los de la barranca se midieron ante sus pares y sacaron la cabeza fuera del agua. En la zona Oeste, debió superar varios momentos complicados y sufrir hasta el final pero consiguió darle vuelta el partido a San Miguel, conseguir el primer triunfo y sumar expectativas de recuperación.

Después de haber igualado la semana pasada ante Jota Jota Urquiza, al Mate le tocaba por delante otro adversario que están la lucha por los últimos lugares y también llegaba obligado a sumar. Quizás sabiendo esto, le entregó la iniciativa durante los primeros minutos y en esos veinte iniciales se vio lo peor del equipo.

Para colmo de males, Enzo Zárate cometió una tonta infracción, cayéndosele encima a su marcador y cometiendo un tonto penal. A los 24 minutos, Martín Battallini convertiría el primer gol del Trueno Verde en el campeonato, a partir de una efectiva ejecución, fuerte y al medio. Fue allí cuando apareció la primera reacción de los dirigidos por Pedro Monzón. Se fue para adelante, generó un tiro libre cerca del área y, el resto, fue una hermosa pincelada de Lihue Prichoda para clavar el balón en el ángulo.

A partir de ese momento, el partido se volvió más frenético y con chances para los dos. Claro que, lo mejor de Argentino se vería recién en el segundo tiempo. Dejó especulaciones atrás, se adelantó en el campo, mostró más peso y más futbolistas asociados en los últimos metros y contó con opciones para desnivelar. Después San Miguel, con empuje y ganas empardaría la historia y empezaría a cascotearle el rancho de nuevo con sumo peligro.

No solo el Criollo salió ileso de ese tramo, sino que mostraría un nuevo golpe de efecto a su favor. Varios de los altos fueron a buscar un tiro de esquina y Héctor Buzzi saltó más alto que el resto para anotar, de cabeza, el segundo de la visita. Iban 30 minutos, un momento clave para clavar el puñal a un rival, a esa altura, muy desesperado.

Para el último cuarto, Monzón decidió quemar minutos con los cambios, el equipo trabajó y enfrió el trámite como para no tener que padecer demasiado, aunque en el quinto minuto de descuento, el local tuvo el empate con una situación inmejorable a través de un remate casi desde el punto del penal que se fue pegada al palo.

Triunfazo para un Mate que volvió a la divisional a puro golpe y que, lentamente, empieza a mostrarse más en sintonía dentro de un certamen difícilmente pueda disfrutarlo. Al menos, hasta que pueda estabilizarse y despegarse de la fea lucha por mantener la categoría.

Foto: Mate Eterno