Lejos en el tiempo ha quedado esa imagen de solidez de las primeras fechas del torneo que hacían imaginar la posibilidad de notar algún potencial por el cual Quilmes pueda meterse en la conversación seria en este renovado campeonato de la Primera Nacional. El correr de las jornadas a desnudado las flaquezas de un equipo que ha perdido las pocas cosas buenas que tenía y sigue dando ventaja ante rivales menores. Dálmine lo aprovechó y se llevó un triunfazo del Centenario.

Los primeros diez minutos del partido rápidamente despertaron las alarmas. Todas las ventajas juntas de un equipo mal parado que le dio libertades al ataque rival que comandados por Brian Orosco, despilfarraron varias hasta que, Alan Picazzo enganchó dos veces en el área y remató con absoluta facilidad para sacar la primer distancia.

Con más voluntad que juego, reaccionaría el dueño de casa y de atropellada situaría el partido por varios minutos consecutivos en el área visitante. Y de tanta presión tuvo su premio. En uno de los tantos tiros de esquina consecutivos, la pelota dio varios rebotes hasta que le quedó a Facundo Bruera, que definió de primera para poner el empate parcial.

Dejó pasar esa ráfaga positiva y el trámite volvió a la chatura y la paridad. Pero cuando intentaba quebrar al rival en el comienzo del segundo tiempo, se descuidó en una contra, Juan Cejas amonestado nunca bajó a Orosco, este transportó con una corrida larguísima hasta que cedió para que Germán Lesman defina de primera por sobre la cabeza de Ledesma y convierta un verdadero golazo.

El nuevo golpe agudizó la falta de plan, el QAC chocó contra su propia imprecisión y pese a tener mucho tiempo la pelota, prácticamente no pateó al arco y lejos estuvo de poder quedarse llegar a la igualdad. La falta de peso ofensivo es un problema constante con el que convive este plantel y esta vez volvió a estar a la vista.

Tercera derrota consecutiva pero con un bajón que cada vez es más notorio y una identidad que ya no es tal. Quilmes navega en la incertidumbre de una realidad que cada vez lo aleja más de cualquier ilusión de pelear arriba y abre interrogantes sobre cuánto le costará poder tener una temporada más tranquila que las anteriores.

Foto: QAC oficial