La polémica se apoderó de la tarde en el Estadio Centenario. Una mala decisión arbitral desencadenó en una sucesión de hechos que generaron el desarrollo poco normal del resto del juego. Quilmes lo ganaba y sobre el cierre del primer tiempo se quedó con un hombre menos, producto de un error propio y una postura errada del juez Franklin. En el segundo se dedicó a aguantarlo, pero Riestra le sacó un empate sobre el final. Queda en duda la continuidad de Lemos.

Se sabía de antemano que iba a ser un partido clave. Y también, estaba en claro que no iba a tratarse de un compromiso sencillo. Riestra es un adversario con oficio, que sabe luchar en las difíciles y que viene cumpliendo una buena campaña. Del otro lado, el Cervecero debía sumarle a las obligaciones lógicas, la necesidad de cortar una racha de cuatro derrotas al hilo y siete partidos sin ganar.

El arranque fue favorable para la visita, que se mostró decidido a manejar la pelota y a apostar a la velocidad de sus puntas. En cambio, al QAC se lo notaba combativo, preparado para intentar aprovechar cuando surgiera alguna posibilidad en ataque. Y fue el que pegó primero: Imbert se escapó por la izquierda, lanzó un centro rasante al punto penal y Gabriel Ramírez, tocando de primera, la puso contra el palo derecho del arquero Fernando Lugo.

La diferencia lo fortaleció, en medio de un andar parejo del juego, aunque sin terminar de ser lo profundo para complicar por demás a la visita. Del otro lado, a Riestra también le costó muchísimo llegar al arco, al punto que solo molestó a partir de algún tiro libre bien contrarrestados por Marcos Ledesma. Hasta que llegó el minuto 45…

Imbert y el lateral Mauricio Soto fueron a pelear por una pelota en la mitad de la cancha y fue el futbolista cervecero el que se llevó la peor parte en el encontronazo. Pero el árbitro entendió que el diez de Quilmes fue el autor de la falta, por ende, el único que recibió amarilla. Claro, Soto ya estaba amonestado. Continuaron las acciones y, en la jugada siguiente, Imbert ingresó al campo para participar de un ataque, según él por la autorización del asistente. Franklin no estuvo de acuerdo, lo amonestó de nuevo y lo expulsó de la cancha.

La acción desató la ira de jugadores, colaboradores, asistentes y hasta el propio manager Diego Colotto y transformaron por completo el andar del partido. Los de Lemos tomaron la postura completamente marcada de defender la ventaja por tener un hombre de menos. Bien abroquelado, pudo sostener casi sin problemas el juego, hasta el cuarto de hora final.

Con más opciones ofensivas dentro del campo, Riestra empezó a transformar en ocasiones su dominio de pelota y campo. Y de tanto ir… a falta de seis minutos para el cierre, un centro desde la izquierda sin receptor claro, fue cabeceado en el primer palo y remató Sebastián López para establecer la paridad.

Quilmes lo intentó en el último tramo, pero ya no tendría tiempo ni fuerzas necesarias. Inclusive, aunque el rival también se haya quedado con diez por la expulsión de Tovo, tras un golpe a Leandro González.

El abucheo general para con la terna arbitral fue la imagen final de una tarde convulsionada, que todavía puede tener mayores consecuencias. La dirigencia no confía en la continuidad del entrenador, pero todavía no ha tomado la decisión de cesantearlo del cargo. Faltan diez días para el siguiente compromiso del equipo. Demasiado tiempo por delante, en medio de un presente en el que no se puede ir más allá del día a día.

Foto: QAC oficial