El primer balance que hay que hacer es que Argentino de Quilmes dio la talla. Frente al máximo candidato a ganar la esta rueda y de visitantes, los dirigidos por Pedro Monzón fueron superiores durante setenta minutos. En el último rato, el cansancio empezó a pesar, Almirante Brown pobló el área contraria de jugadores y en uno de sus tantos centros, cuando ya se jugaba el descuento, se terminó quedando con los tres puntos. Castigo demasiado grande para el Mate.

Buen plan ideó el DT visitante para enfrentar uno de los encuentros más complicados que le quedaba este año en el calendario. Supo ser un conjunto corto y bien parado para saber cómo anular cualquier intento de Almirante, pero no se quedó solo en eso, ya que el equipo aprovechó los espacios y, de contraataque o manejando con criterio la pelota, supo responder y complicar más de la cuenta al puntero.

Es más, en los primeros cuarenta y cinco minutos, las llegadas más claras estuvieron del lado del Criollo. Un cabezazo de Julián Visas y una corajeada que terminó en doble remate, el primero de Brian Duarte a quemarropa que obligó a una estupenda tapada del arquero Ramiro Martínez y en el rebote, lo intentó Arias pero despejaron el balón casi sobre la línea.

Pese a los cambios teniendo en cuenta la obligación de ir en búsqueda de los tres puntos por parte del local, el inicio del segundo tiempo volvió a mostrar a un Argentino predominante, sabiendo como explotar sus posibilidades y, si hubiera sido un poco más preciso en los metros finales, seguramente podría haber sacado algún rédito mayor de sus tantos ataques.

Pero tanto desgaste, sumado a la presión impuesta por el local, debilitaron el andar del equipo en el último tramo. Almirante se lo llevó por delante, más por fuerza y ganas que por capacidad de juego, pero de a poco empezó a tener opciones claras, mientras los de Monzón intentaban estirar lo más posible los tiempos cada vez que tenían el dominio de la pelota.

Parecía que lograba sacar adelante un partido muy chivo pero… Rodrigo Acosta supo sacarle provecho a un centro desde la izquierda y, con un potente cabezazo, rompió el cero que parecía clavado. El balón se metió en el ángulo, haciendo imposible cualquier reacción del hoy reaparecido Adrián Leguizamón.

Una verdadera lástima para un Mate que hizo un esfuerzo enorme y tuvo meritos suficientes para traerse algo desde Isidro Casanova. Derrota que molesta, pero que no debe desviar el foco de un grupo que ha mostrado un avance en su nivel de juego, a pesar que aún está en una zona delicada de la tabla.

Foto: Argentina en ascenso