Seguramente, jugando en su cancha siempre es importante ganar. Pero teniendo en cuenta las circunstancias actuales en su lucha por permanecer en la divisional y sabiendo que enfrente estaba un adversario muy complejo como Villa San Carlos, el empate en blanco no termina siendo un mal resultado para Argentino de Quilmes, que mantiene la distancia contra los últimos de la tabla. Además, el equipo tuvo buenos pasajes y contó con posibilidades para convertir.

Si al final de la temporada el equipo de Pedro Monzón (que llegó a su partido 100 en el club) logra cumplir con el objetivo que se propuso, seguramente este habrá que tomarlo como un partido menos. De esos que no suman demasiado, pero tampoco restan ni complican. Después de haber perdido en la jornada anterior, volver a puntear y ante un buen rival, es positivo.

La falta de opciones producto de lesiones que lo obligó al entrenador a meter mano en lo poco que le quedaba fue un determine para que el equipo tampoco fuera tan profundo. Pese a esto, tuvo sus chances, alguna de las más claras en los pies de Iván Sandoval, que el delantero marró, aumentando una carencia, propia y del equipo en cuanto al gol.

Durante un tramo, la visita también mostró audacia (principalmente en la última parte de la etapa inicial) y podría haber sacado una diferencia. Después los minutos fueron transcurriendo, todo se volvió más confuso y lentamente fueron entendiendo que la igualdad no les sentaba mal a ninguno de los dos.

La nublada tarde del domingo terminó sin emociones en a barranca. Ya habrá tiempo de arriesgar un poco más. En este caso, la conformidad de casi todos da claras muestras que Argentino se mantiene lejos del sufrimiento. Y eso se festeja.

Foto: Patricia Salas