El comienzo del aislamiento obligatorio lo sorprendió en plena competencia, buscando sumar puntos en su objetivo de clasificar a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio. Por eso, desde principios de marzo, Luciano Taccone se encuentra alojado en la localidad brasilera de San Carlos, muy cercana a San Pablo. Teniendo en cuenta las decisiones sanitarias tomadas por el país vecino, el triatleta pudo seguir trabajando, a la espera de la vuelta de la competencia. Desde Brasil, charló con DQ.

“Como mi entrenador es brasilero, en enero vine a prepararme con él a esta ciudad, a 230 kilómetros de San Pablo, para preparar el último tramo del camino olímpico y, desde acá, partir a cada una de las carreras que me quedaban en el calendario. La cuarentena me agarró en Brasil, días después de una competencia, con complicaciones en los vuelos de regreso, complicaciones para entrenar en Argentina… Como estaba muy a gusto, decidí quedarme hasta que pueda trabajar con mayor normalidad en nuestro país”, comentó Taccone en dialogo con DQ Radio (FMQ 93.5).

- ¿Cómo viviste estos meses en San Carlos?

- Esta es una ciudad chica, muy tranquila, se decretó una cuarentena que no fue obligatoria. Cumpliendo con las normas de distanciamiento, se podía cumplir sin problemas con las actividades al aire libre. Si bien la gente es cautelosa, respeta las obligaciones y no se dieron muchos casos de contagio. Con mi entrenador monitoreamos la situación todo el tiempo, las actividades las realizamos con suma prudencia y responsabilidad, para evitar cualquier problema.

- ¿Tuviste que alterar el esquema de preparación habitual?

- Lo único que tuvimos que cambiar fueron las sesiones de natación, pudimos hacer solo tres, antes hacíamos el doble. Pero eso lo suplantamos con ligas, que también sirve mucho. En cuanto al trote y la bici, seguimos entrenando con total normalidad.

- ¿Tienen un plan por delante en los próximos meses?

- Por el momento, la idea es quedarnos en Brasil. Estamos a la espera a lo que pase en Argentina. Nosotros vivimos en Córdoba y ahí ya abrieron toda la actividad física, así que la vuelta es una posibilidad. Pero junto a Romina (NdeR: su pareja, Biagioli, también triatleta) queremos seguir compitiendo, si es que se reanudan los torneos entre septiembre y noviembre, pero va a ser vital el apoyo que el ENARD tenga para el viaje de los distintos atletas.

- ¿Qué sabés del calendario de torneos?

- No está muy claro. El tramo final de la clasificación olímpica quedó suspendido hasta que todos los atletas que estaban involucrados puedan entrenar y viajar sin inconvenientes. Estimamos que será para enero o febrero del año que viene. Así que, por el momento, no me queda otra que seguir entrenando y hacer una buena base, algo que nunca logré porque es muy larga para el triatlón y, habitualmente, tenemos pocos meses para prepararnos como corresponde. Si todo va bien, quizás podamos participar en alguna carrera de media distancia, para agarrar ritmo.

- La reprogramación de los Juegos, ¿te da la posibilidad de recuperar puntos y sumar chances de clasificación?

- Si, me quedaban cuatro o cinco carreras por delante y ya venía con un cansancio acumulado de otras cuatro o cinco anteriores, sumado a los viajes… No solo puedo preparar mejor este final, sino que también me dio un respiro para, ante una eventual clasificación, no tener los Juegos tan encima y poder llegar mucho mejor a Tokio.