La pandemia no condicionó sus ganas y objetivos. Después de haber triunfado en su primer combate del año, allá por fines de febrero, Ricardo Bravo continuó trabajando con la firme convicción de hacerse paso dentro del exigente territorio japonés. Por eso, llegó el momento de otra importante prueba de fuego. Este domingo 27 formará parte de una gran velada en el mítico Korakuen Hall de Tokio. Desde el país oriental, charló con DQ y anticipó lo que será este nuevo combate.

“Este año tenía armado un calendario de cuatro peleas seguidas, de marzo a mayo, y después ya analizábamos como seguir a partir de agosto… Pero pasó todo esto y lo único que me quedó fue aguantar y entrenar lo más posible. Y entonces no paré en ningún momento, inclusive hubo un mes que el gimnasio estuvo cerrado, pero seguí a full desde casa. Por suerte, en Japón no hubo cuarentena obligatoria y pude salir a la calle, con los cuidados necesarios, para mantenerme activo”, le cuenta comentó Bravo a DQ Radio (FMQ 93.5) desde Japón, ciudad en la que está instalado desde febrero de 2017.

- ¿Cómo se dio la decisión de pasar de welter a superwelter?

- Entre las dos categorías hay tres kilos de diferencia, de 66,700 a 69,700. Básicamente porque tuve un cambio físico drástico a nivel musculatura, y lo ideal es llegar de la mejor manera al momento del pesaje. Así que lo charlamos muy bien con mi entrenador Ihara Kaicho y decidimos entrar en los 70 kilos iba a ser mucho mejor para mi peso y para mis posibilidades deportivas. Me siento fuerte y con la velocidad necesaria para pelear con rivales más grandes.

- ¿Qué conoces de tu rival, el experimentado local Yoshiro Tsuzaki?

- Después de mi pelea en febrero, fui a un evento de kickboxing en el que justo peleaba él contra un ex campeón japonés. Fue su último combate… y la verdad que me pareció muy bueno, va siempre para adelante, utiliza bien los codos y este es un detalle a tener en cuenta. Tiene 30 años y muchas peleas encima, la experiencia es otro punto a su favor.

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- ¿Tienen armado un plan de pelea?

- Siempre lo más importante es estar bien preparado físicamente. Después, obvio, vemos videos con peleas previas, analizamos sus puntos fuertes, por donde me podría llegar a complicar y las debilidades que puedo aprovechar. Pero el análisis es apenas el 15 por ciento en la previa, el 85 restantes es preocuparme por llegar en las mejores condiciones posibles.

- ¿El evento va a ser con público?

- Si, pero por cuestiones sanitarias y de cuidados solo se va a habilitar la presencia de entre 700 y 800 personas. De cualquier manera, va a ser muy motivante.

- Esta va a ser tu pelea número catorce en Japón, ¿tenés tu nombre y lugar dentro de la disciplina?

- La verdad que los peleadores o la gente que sabe de kickboxing ya me conoce bastante en Japón. Con mi sensei Diego Lavolpe y mi grupo de Ihara siempre apuntamos a trabajar fuerte, para llegar alto. No solo quiero ser campeón, sino quiero ser el mejor y de a poquito sé que lo vamos a ir consiguiendo.