Hace veinte años atrás, el deporte argentino vivió uno de sus hechos más significativos. Un grupo de chicas refundaron la historia y lo hicieron en medio de un Juegos Olímpico. Fue en Sydney 2000 cuando la Selección Argentina Femenina dejaría en el olvido esa denominación para transformarse definitivamente en las Leonas, patentando una marca y dando comienzo a una nueva era para los distintos elencos nacionales. Dentro de ese grupo, había una quilmeña. Anabel Gambero repasa junto a DQ los detalles de aquellos días.

“Con el paso del tiempo, hay circunstancias de la carrera deportiva que empezás a dejar atrás. Pero este año, aparecieron los recuerdos de nuevo… Volvimos a encontrarnos todo el grupo de forma virtual. Fue muy lindo”, cuenta Gambero en el inicio de la charla con DQ Radio (FMQ 93.5).

- ¿Cuál era la expectativa que tenían en la previa de lo que terminaría siendo la primera gran actuación del hockey en un JJOO?

- Las expectativas eran altas. Muchas de las jugadoras ya habíamos participado en los Juegos de Atlanta 96 y ahí no nos había ido muy bien. O al menos, sentimos que no llegamos tan lejos como podíamos. Por eso, a Sydney fuimos mucho mejor preparadas y con más experiencia.

- Hay un detalle clave en esta historia: la derrota contra España y un error de interpretación del reglamento que las deja sin arrastre de puntos para la segunda ronda. ¿Ahí empiezan a aparecer en sociedad las Leonas?

- Claro. Ese fue un golpe muy duro, que nos bajoneó bastante porque veníamos haciendo un gran torneo. Pero también nos sirvió para unirnos más y sacar fuerzas de donde pensamos que no teníamos. Nos mentalizamos fuerte en que teníamos tres partidos por delante pero había uno que era clave: el primero ante Holanda. Ellas siempre son candidatas, pero si no les ganábamos, era difícil continuar con chances. Hicimos un gran partido, ganamos 3 a 1 y fue el empujón que necesitábamos para lo que iba a venir.

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- ¿Recordás el proceso de nacimiento de la Leona?

- Unos meses antes de viajar a los Juegos, se juntaron la psicóloga Nelly Giscafré y Cachito Vigil y surgió la idea de ponerle un nombre a esa identidad que transmitíamos como equipo. Un impulso que nos permita dar el último salto. En ese momento nos juntamos las más grandes, y nos pareció que podía ser un significado animal, surgió la Leona y rápidamente nos pusimos de acuerdo. Por lo que representa, por ser la que cuida de la manada y por la garra felina. En ese momento, Inés Arrondo, la dibujante del grupo, fue la que se encargó del primer diseño.

- ¿Y cuándo llegó a la cancha?

- Sabíamos que era muy difícil que nos permitan utilizar un logo, pero nadie lo dudó. Preparamos las camisetas con el parche muy cerca del escudo y recién cuando salíamos a la cancha nos llegó la noticia que no había problema. En ese juego con Holanda, apareció por primera vez la Leona. Y fue en el momento justo, cuando más la necesitábamos. Sirvió para que quede reflejado el mensaje que queríamos dar.

- Y fue una sorpresa para la gran mayoría.

- Si, porque hasta ese momento los únicos que conocían un poco de la historia aparte de los que estábamos directamente involucrados, solo podían ser familiares o amigos cercanos de algunas de nosotras.

- ¿Imaginabas la revolución que iban a generar en el deporte nacional con esta nueva identidad?

- Para nada (risas). Recién cuando volvimos al país, empezamos a tomar dimensión de lo que había pasado. Pero todo lo que vino después fue una locura. Algo increíble, que todavía lo disfrutamos.