Dal Bianco fue el hombre de la final. La carta de triunfo. Porque en un partido que pasó por momentos muy diferentes, él se mantuvo firme en ofensiva. A Franco nunca le importó el contexto: siguió definiendo con su smash de potencia y ejecutando voleas muy incisivas pasara lo que pasara en el encuentro.

Su condición de figura de esta final se acrecentó aun más por dos factores: su compañero lució algo agotado en lo físico -una situación muy poco habitual- y los rivales jugaron sueltos y en un nivel altísimo. Mouriño-Piotto estuvieron a punto de dar la gran sorpresa. Y lo hubieran logrado de no ser por Dal Bianco.

El comienzo del partido no hacía prever que iba a ser una final tan pareja. Porque en el primer set, los Nº1 se pasearon, aprovechando los nervios de sus oponentes, que parecían sentir la presión de jugar su primera final en este circuito. Pero Mouriño-Piotto habían llegado tras comenzar el certamen desde la qualy y venían de eliminar en semis a los Nº2, Leonel Aguirre y Adrián Allemandi. No tenían nada que perder. Y así lo entendieron a partir del segundo parcial.

Mouriño empezó a soltar el brazo y a buscar la pelota más adelante. Eso develó un dato insospechado: el Guerrero Arce no estaba con su movilidad habitual. Fede lo detectó y, con la muñeca caliente, movió al salteño para adelante y para atrás. Piotto recuperó su padel desenfadado y comenzó a sumar winners. La dupla revelación del torneo desaprovechó cuatro chances de quiebre en el tercer game, pero en el quinto no cometieron el mismo error. Y en el séptimo volvieron a quedarse con el servicio rival. Los Nº1 no bajaron los brazos pero el esfuerzo fue insuficiente: 6-4 para Mouriño-Piotto.

La tercera manga fue una batalla. Se agigantaron las figuras de Dal Bianco y Piotto, que no dudaban en sacudir la pelota ante la primera oportunidad. Arce, sabedor de que no estaba en su mejor nivel, se exigió al máximo para minimizar los errores y armarle juego a su compañero. A puro quiebre y contraquiebre, los líderes del ranking llegaron a ponerse 6-5. Y cuando todo indicaba que el final iba a ser en un tiebreak, apareció el oficio de Arce-Dal Bianco para llevar a que Mouriño cometa dos errores no forzados en las últimas dos bolas.

De esta manera, el encuentro terminó con el festejo de los Nº1, que se redimían de su derrota en semifinales del certamen pasado, el A1 Padel de Mónaco, ante sus compatriotas Leandro Augsburger-Alex Chozas. Pero, principalmente, confirmaron que son la pareja del momento.

Foto: A1 Padel oficial