En la columna anterior hablamos sobre qué es la psicología del deporte y cuáles son sus objetivos. ¡Pero no hablamos sobre cómo un psicólogo deportivo trabaja!

Lo primero a definir es cómo se inserta un psicólogo en un equipo deportivo. Por lo general en el deporte, podemos encontrar que el profesional funciona:

- como integrante de un cuerpo técnico. Es un auxiliar del entrenador de igual forma que el preparador físico, el asistente de campo, utilero, médico, etc.

- como integrante del departamento o cuerpo médico (o incluso, como integrante del propio departamento de psicología deportiva). El psicólogo depende de la institución (club, federación, etc.) y su labor se encuentra más ligada a un consultorio atendiendo a las necesidades de deportistas y entrenadores que acuden por su servicio.

- como asesor o consultor independiente. Se remite al espacio del consultorio y la figura del profesional que trabaja con entrenadores y/o deportistas de una forma externa.

Las tres formas de inserción recaen en la importancia fundamental de estar en contacto con los atletas y el espacio en donde éstos practican su deporte. Un gimnasio cerrado (básquet, vóley, etc.) o canchas al aire libre (fútbol, hockey, etc.) pueden ser el espacio de trabajo del psicólogo deportivo. Esto permite observar de forma directa cómo es el comportamiento del atleta en el momento que entrena y compite, y también su relación con compañeros y entrenadores. Por todo esto, se debe destacar que por lo general lo encontraremos interviniendo y asesorando en el mismo espacio donde el deporte tiene vida.

Un segundo punto a aclarar es que no sólo trabaja con deportistas, sino que también lo hace con cualquier otro profesional que trabaje dentro del deporte (entrenadores, preparadores físicos, árbitros, etc.) Un psicólogo puede asesorar a un entrenador sobre cómo manejar adecuadamente su liderazgo o cómo formar un equipo exitoso, de la misma forma que podría trabajar la comunicación de un árbitro en los momentos de competencia.

Las intervenciones son principalmente individuales porque todos los atletas son distintos y piensan diferente. Lo que motiva a uno, puede no generar algún efecto en otro. Entonces, el trabajo es más individual que grupal. No obstante, se realizan actividades grupales con distintos fines, por ejemplo, mejorar la comunicación dentro de un equipo de fútbol.

Grupales y/o individuales, hay que dejar en claro que todas las intervenciones que se realizan tienen un fundamento científico y se utilizan para el entrenamiento de las habilidades mentales. Si bien muchos profesionales como entrenadores poseen una rica experiencia y pueden actuar de forma similar a un psicólogo, la formación específica del psicólogo deportivo le permite un accionar más eficiente y con resultados más perdurables. Lógicamente, todo entrenamiento de habilidades mentales no deja de ser un entrenamiento, por lo que no existen resultados mágicos, de la noche a la mañana. Los tiempos de la psicología del deporte están en correlación con el deporte en el que se trabaja (pretemporada, temporada, competencia, entrenamiento, etc.).

Lo último a recalcar es que no cualquier psicólogo puede trabajar como psicólogo deportivo, para poder hacerlo es necesario realizar posgrados de especialización en esta área, debido a que los deportistas no son pacientes que pueden llegar a consultorio por alguna patología mental especifica, sino que acuden para mejorar su rendimiento deportivo.