En la última columna vimos en qué consisten los suplementos para la pérdida de peso, ahora estudiaremos qué podemos esperar al utilizarlos.

La diferencia entre los termogénicos y los lipotrópicos (colina, betaína, inositol, metionina) es que estos últimos no parecen aumentar el metabolismo basal, efecto de suma importancia al considerar un producto como quemador. Esto no significa que no sirvan, ya que si bien en teoría no tienen ese efecto, en la práctica se observan resultados. Sin embargo, los verdaderos quemadores son los productos termogénicos, entre cuyos ingredientes encontramos extractos de origen vegetal como el guaraná, la cáscara de naranjas amargas (bitter orange), el té verde, el teobroma cacao, la nuez de cola, la yerba mate y diversas hierbas más que son responsables del efecto sobre el metabolismo.

En términos generales, el gasto calórico extra por el uso de estos productos puede rondar las 100 calorías, equivalente, para dar una idea, a unos 15 a 20 minutos de caminata. Puede parecer poco, pero considerado en el tiempo equivaldría a una pérdida teórica de medio kilo de tejido adiposo en poco más de 30 días, evidenciando que los que buscan un descenso rápido (nunca es conveniente porque cuanto más rápido es conlleva mayor pérdida de masa muscular magra) se equivocan al buscar la solución en un quemador. Es evidente como se miente cuando desde las publicidades de estos productos se nos quiere hacer creer que usándolos podremos obtener fantásticos resultados independientemente de cómo nos alimentemos y de si tenemos o no una vida activa.

Es posible que muchos lectores se estén preguntando si entonces tiene alguna utilidad tomar un termogénico o si con un plan de alimentación adecuado y actividad física se pueden lograr los mismos resultados. Pues bien, esto hay que analizarlo en el contexto de cada caso particular. Así como hay algunos en que se logra un descenso de peso sin recurrir a la ayuda de suplementos, hay otros (no olvidar que la obesidad es una enfermedad crónica y de etiología bastante compleja) en que su uso puede ser de gran utilidad para lograr el objetivo buscado, sin olvidarse que estos productos no sustituyen una dieta adecuada, ni el necesario consumo de agua ni el ejercicio, pero sí pueden reportar beneficios en la reducción de la masa corporal grasa.

Ni la pérdida ni la ganancia de peso ocurre en pocos días. La verdadera pérdida de grasa es un proceso lento, de semanas, meses o incluso años si el sobrepeso es mucho. Es deseable que se produzca en forma gradual porque así se verifica un mayor porcentaje de pérdida de grasa mientras se mantiene la masa magra. Además, no hay evidencias que demuestren que con un suplemento la pérdida de peso se verifique independientemente de la dieta: siempre es necesario cambiar los hábitos alimentarios y los de conducta en general y buscar asesoramiento profesional idóneo, pero sí es cierto que un suplemento usado de forma correcta puede ser un inestimable aliado para alcanzar las metas propuestas en lo que respecta al peso y la composición corporal.