Gana y se va para arriba. Mete de a siete goles y sube en la tabla de posiciones. El Quilmes de Caruso no detiene su marcha, y en otro partido de gran nivel, apabulló a Independiente Rivadavia de Mendoza con una goleada que llegó a cifras impensadas. Con un Caneo inspirado, y autor de tres tantos, se dieron el gusto de definir prácticamente las cosas en el tramo inicial. El equipo provisoriamente volvió a quedar en la cima de la tabla de posiciones y ahora espera ansiosamente el encuentro de la semana próxima ante River.

Tuvieron que pasar casi 33 años para que Quilmes volviera a convertir siete tantos en un mismo partido (15 de julio de 1979, 7-0 ante Platense por el Metropolitano). Y vaya si sirvieron para generar el delirio total de la buena cantidad de público que asistió al Centenario, que ve como el QAC comienza a tomar vuelo futbolístico en un momento clave del campeonato.

Otra vez fue arrollador lo de Quilmes. Con un Miguel Caneo inspirado (en el primer tiempo, colocó dos asistencias de gol y terminó convirtiendo el tercero de tiro libre), mucha voracidad y efectividad ofensiva, los dirigidos por Caruso Lombardi se aprovecharon de todas las ventajas de un rival muy liviano, que se fue apagando a medida que se iba abultando la escala del local en el tanteador.

Un nuevo tanto de la figura de la cancha, parecía haber bajado la cortina definitiva del encuentro. Fue ahí cuando la visita salió a vender cara su derrota, volcando sus posibilidades en la capacidad del Ogro Fabbiani, que en la tercera seguida que tuvo no perdonó. Eso, sumado a un nuevo tanto del adversario que fue anulado por posición adelantada, sirvió para que el Cervecero volviera a poner el pie sobre el acelerador…

Y con toda la fortuna de su lado, llegaron los dos tantos de Chirola Romero y uno más de Caneo de penal, para sentenciar una goleada histórica. Así sumó su quinta victoria consecutiva, nuevamente quedó en la cima del certamen (por lo menos, hasta el domingo) y llegará al Monumental para afrontar una verdadera final, con el ánimo por las nubes. Y motivos no le faltan para poder soñar.