En el cierre del Panamericano Junior que se disputó en el CeNARD y en el Instituto Romero Brest, la Selección Argentina culminó su participación con una derrota 33-17 ante Brasil, que por séptima vez se quedó con el título continental de la categoría sub 21, y por diferencia de gol clasificó al Mundial Croacia 2014 como el tercer equipo americano. La quilmeña Elke Karsten, que venía de hacer su debut en el elenco de mayores, fue el valor más importante que tuvo en cancha el conjunto albiceleste, demostrando sus condiciones de jugadora distinta al resto.

Desde el principio, las brasileras dominaron las acciones y no le dieron chances a una selección nacional que, pese a las ganas y la entrega de las chicas, no encontró la manera de contrarrestar el poderío visitante, sobre todo en el aspecto físico. Argentina merecía otra despedida, sin embargo la actuación global dejó varios aspectos positivos para destacar.

Por un lado la personalidad que mostró en los momentos de máxima tensión. Ante Paraguay debió remontar un primer tiempo muy exigente y frente a Uruguay, que derrotó a Brasil y terminó en la segunda colocación, ganó un partido muy caliente y peleado en el cual las uruguayas se jugaban la posibilidad de dar a la vuelta olímpica una fecha antes del cierre del campeonato.

Por otra parte, Elke Karsten jugó por primera vez una competencia oficial de local con la camiseta celeste y blanca y siguió dando señales de que es uno de los principales proyectos del handball argentino. Mostrando mucha madurez para una chica de 18 años, fue la encargada de manejar los tiempos de juego y marcar la diferencia. Además se vieron insipientes signos que empieza a convertirse en una referencia: después de cada presentación la jugadora de la AACFQ era una de las preferidas en el pedido de fotos.

Todo el plantel en general mostró un buen nivel y las jugadoras que tuvieron que ingresar rindieron, pero entre los puntos más altos, además de Karsten, se pueden destacar a Macarena Sanz, Rocío Campigli y Romina Ramazzotti.

En la edición 2012 del Panamericano junior femenino en Santo Domingo, Argentina también culminó tercera, pero desde el juego no quedaron sensaciones positivas. Dos años después se evidenció un salto de calidad y una proyección alentadora.