El partido estuvo al borde de la suspensión por un retraso en la llegada de la ambulancia. Quizás, hubiera sido lo mejor para este Argentino de Quilmes que apenas si deambuló por el estadio Municipal de Pilar. Frente a un rival que llegaba último en la tabla de posiciones, el equipo que dirige Oscar Santángelo perdió el invicto de la peor manera: jugando muy mal y mereciendo justificadamente la derrota, ante un Defensores Unidos de Zárate que se mostró superior de principio a fin. Alarmas encendidas por este momento del elenco de la Barranca.

Desde un primer momento, se notó la diferencia entre uno y otro. A partir del interés, la intención, la voluntad y de una idea táctica de como pararse en la cancha, el elenco que hizo las veces como local, demostró estar en condiciones de quedarse con los tres puntos. En cambio, el Mate deambuló por la cancha, dio libertades, se entregó defensivamente, no supo qué hacer con la pelota y casi que ni se arrimó al arco contrario.

Ante esas diferencias, no resultó raro que Defensores se haya puesto en ventaja cuando todavía no se había el cuarto de hora inicial. Claro que, Junior Espínola tuvo mucho que ver en esto, al patinar y no despejar una pelota, que tras rebotar en el arquero Leguizamón, tomó Adrián Martínez, para mandar a la red. Pero un ratito más tarde, los de la Barranca sometieron a su rival por la misma vía: el arquero Coesta no terminó de agarrar bien el balón, Spínola siguió la jugada y puso el empate parcial.

Pese al resultado, Santángelo sabía que su equipo no estaba jugando bien y que era superado por su adversario. Más allá de eso, no hubo reacción de Argentino en la segunda parte y, después de desperdiciar varias ocasiones, Martín Giménez (la figura de la cancha) puso el segundo para los de Zárate con un puntazo, cuando se jugaban diez minutos. El diez de Defensores continuó manejando los hilos y tras un tiro libre suyo que dio en el travesaño, Martínez tomó el rebote para sentenciar el partido.

Es cierto que aún había casi quince minutos por delante, pero el Mate se entregó. Como sabiendo que no era su tarde, que no le salió nada, que ante la falta de fútbol tampoco contó con la rebeldía de suplir con entrega el mal funcionamiento. En síntesis, muy flojo todo en general.

Sin dudas, este plantel corto que por estas horas convive con las bajas de varios futbolistas (entre ellos Marclay), viene de mayor a menor en su rendimiento. Será cuestión de esperar unos días para saber si solo fue una mala tarde o si el problema es mayor.