En una cancha difícil dentro de la categoría, Argentino de Quilmes se sobrepuso en varias oportunidades dentro del partido, para conseguir un triunfo agónico, casi con guion hollywoodense. Sobrevivió a un primer tiempo complicado, se puso en ventaja, lo tuvo para golear, se dejó estar y se lo empataron cuando faltaba poco. Parecía que la historia moría en empate, pero una estupenda jugada por la derecha que encabezó Aníbal Leguizamón, le permitió a Valenti meter el gol del triunfo con la rodilla en el último minuto.

Esos triunfos que valen más que tres puntos. Por tratarse de un terreno difícil, en donde el local se hace sentir. Porque el equipo tuvo la ausencia de varios titulares entre ellos su as de espadas, Sergio Marclay. Y porque, cada fecha que pasa, el torneo se vuelve más complicado y una buena cantidad de equipos quieren verse involucrados en la lucha por el ascenso.

Justamente, Midland aparece en ese lote. Y en su cancha y con su gente, salió a comerle los tobillos al puntero. Lo presionó lo asfixió, le cortó el circuito de juego y en el primer tiempo tuvo varias ocasiones claras para poder convertir. Entre ellas, un disparo de De Santis que se fue junto al palo, un cabezazo de Acosta que rechazó a puro reflejos Adrián Leguizamón, la gran figura del elenco de la Barranca en esa parte inicial.

Pero inesperadamente, cuando peor la pasaba, Argentino la armó por la derecha, Valenti le dio una asistencia majestuosa a Cristian Tello, que se encontró solo dentro del área y pese a tener compañía por el medio, decidió rematar al arco y su elección fue la correcta: la puso contra el segundo palo.

Esa ventaja le dio confianza y, ya en la segunda mitad, el Mate supo cómo aprovechar las ventajas, los espacios y la desesperación del local. Entonces, se vio lo mejor de su producción, las oportunidades se fueron sucediendo, pero los delanteros no estuvieron finos para definir. Claro que, en una de esas, Arias definió mano a mano y el arquero Salazar (jugó hoy por estar engripado el titular) tocó la pelota con la mano. Como el balón iba camino a la red, el juez Mauro Biasutto lo echó correctamente.

Con diez, fue el pibe Bovero, que debutó este domingo en la primera división, quien comenzó a lucirse, mostrando autoridad para estar debajo de los tres palos de los de Libertad. Pero cuando el Celeste tenía todo bajo control, increíblemente Walter Hermoso pegó dos trompadas y obligó al árbitro a expulsarlo. Quedaban diez contra diez y faltaba un ratito…

Y el local aprovechó ese envión, se fue a la carga con más amor propio que con ideas. Pero... un buen desborde del ingresado Bogado, generó un centro estupendo para que por el segundo palo, con Leguizamón corriendo para tratar de llegar a la pelota, pero no pudo evitar que Jorge González cabeceara al gol. Se jugaban 34 minutos de la parte final.

Entonces el Mate fue, con lo que le quedaba y por la obligación que le da ser el líder del certamen. Y tras unos centros peligrosos, cuando ya había pasado el minuto 47, Aníbal Leguizamón cobró una falta en su propio campo y empezó a escalar. Haciendo la pared con varios de sus compañeros, llegó al fondo, tiro el centro y junto al primer palo, el Tanque Valenti con la rodilla señalo el gol de este enorme triunfo.

Poco paso después del festejo desesperado del plantel en los instantes posteriores al gol. Claro, la alegría siguió en el vestuario porque el grupo entendió el valor de la victoria. Que aún se valora más por el empate de Central Córdoba en su cancha. Mientras tanto, el Mate hace lo suyo, esperando que nadie lo despierte de este lindo sueño que le está tocando vivir.