La tarea de Argentino de Quilmes fue como el partido, que comenzó con los últimos rayos de sol de la tarde y terminó en plena oscuridad de una noche de invierno. En la zona oeste del Gran Buenos Aires, el Mate mostró su peor versión. En el momento más favorable, no supo sacar la ventaja, el pegaron en el final de un tiempo y en el arranque del otro y, a partir de eso, se terminó entregando a la realidad que le toca vivir. El equipo no encuentra soluciones y cada vez baja más en la tabla. ¿Seguirá el DT?

Sin dudas, se trataba de un momento clave de la temporada. Ante un nuevo cambio de nombres y esquema del entrenador, Argentino sabía que debía cambiar su realidad futbolística y, principalmente, sumar de a tres, si es que quería conservar sus posibilidades de pelear por los primeros puestos. Pero, más allá de la voluntad y las ganas, no hubo mucho más para destacar dentro de un conjunto que se fue deshilachando con el correr de los minutos.

La primera parte fue pareja, con un Mate un toque más profundo y con intenciones de manejar la pelota. Pero poco de ese monopolio del balón se transformó en situaciones de peligro. Apenas un remate de Tello por arriba del travesaño, por una avivada de Marclay en un lateral, y un centro que el propio Pájaro no pudo cabecear debajo del arco, pueden anotarse como llegadas.

En medio de ese panorama, el de Merlo hizo la lógica y espero los momentos para dar zarpazos. Casi siempre saliendo velozmente de contra, con la velocidad de Maldonado por los costados, la pegada de Palacios (un remate suyo salió pegado al palo) y el trabajo de desgaste de Avalos. Justamente, el centrodelantero se aprovechó en la jugada final de la primera parte, para abrir el tanteador: centro desde la izquierda en el que el nueve se encontró solo para cabecear y poner el balón contra un palo.

Pero los males no terminarían ahí para el elenco de la Barranca. Ni bien arrancó la segunda parte y ya empezaba a mostrar los primeros síntomas de equipo golpeado por las circunstancias, el local la fue construyendo por derecha y tras un centro de Maldonado y tres opciones para rematar, fue el ingresado Scornaienchi quien clavó la pelota en el ángulo. Iban solo dos minutos, pero ahí prácticamente se definió el partido.

Porque el Celeste ya no mostró signos vitales. Fueron pequeños arrebatos de un equipo desorientado, entregado, que apeló a manotazos de ahogado para tratar de cambiar la historia. Pero los relevos no generaron ese sacudón y solo fue cuestión que pasara el tiempo para terminar de confirmar tres puntos importantes para el elenco del Oeste.

Sin dudas, la peor actuación de un Mate que vive su peor momento. El desconcierto es total, al punto tal que ya no parece haber antídoto que pueda resolver este momento caótico que vive desde lo futbolístico. Con un Santángelo más en duda que nunca, el equipo sabe que no tiene más tiempo. Y que si vuelve a tomar el tren rápidamente, en breve ya no tendrá ningún objetivo a la vista.

Foto: Mate en ascenso