Parece no terminar nunca este tobogán en el que se metió solito Argentino de Quilmes y que lo frustra semana tras semana. Una vez más, el equipo volvió a cumplir una hibrida actuación y acumuló su tercera derrota consecutiva, que lo aleja cada vez más de cualquier intención de estar involucrado en la lucha por el ascenso. Después de dos partidos, la llegada de Gabriel Manzini no parece haber sido solución, es más, ahora ha perdido identidad y capacidad ofensiva. Sacachispas justificó el triunfo en la parte final.

La mañana del domingo en Villa Soldati arrancó como para decirle al Mate que no la iba a pasar bien. Primer balón al área, lo perdieron al lateral Hollembach y este puso la apertura del marcador. Iban apenas dos minutos y el elenco de la Barranca ya mostraba los primeros déficits futbolísticos de los últimos tiempos y que lo llevaron a perder muchísimos puntos.

Claro que, la decisión del Lila de achicar espacios defensivamente le permitió a los del Hueso Manzini llegar a generar algo de peligro. En una de ellas, Valenti se escapó bien por la derecha sobre el cuarto de hora y tiró el centro para un solitario Marclay que, de primera, clavó el balón en la red. A partir de ese instante, el trámite se afeó y poco pudieron hacer para lastimarse durante el resto de la primera mitad.

Pero en el tramo complementario, el local decidió asumir el protagonismo. Con tenencia de pelota y más convicción, fue arreando al Celeste que, sin querer queriendo, se recostó sobre su propio arco. Y de tanto ir… Impulsado por su mejor jugador, el lateral-volante Javier Mendoza, éste logró escaparse por la derecha y sacó un centro para que Rodrigo Acosta convierta el segundo, casi sobre el punto del penal.

Allí el Mate comenzó a desnudar su incapacidad para resolver situaciones con ideas y fundamentos. El ingreso de Spínola le dio velocidad al ataque, pero sus desbordes se quedaron en intenciones hasta que se fue diluyendo. Por eso, Sacachispas solo atacó en los minutos finales, con su rival adelantado, mientras tanto, se dedicó a tener la pelota, a defenderse con el balón y manejar los tiempos de un cotejo que terminaría ganado merecidamente.

A esta altura y viendo la realidad que le toca vivir, al Mate solo le queda pensar en un milagro futbolístico que le permite clasificar al Reducido. De cualquier manera, lo más importante será que puede recomponer su imagen, mejorar futbolísticamente y parecerse, aunque sea mínimamente, al equipo que fue. Ese ya es todo un desafío.

Foto: Fernando Martini