Que difícil se le está haciendo este momento a Quilmes. Metido en la parte más compleja del calendario, el equipo de Grelak muestra pocas respuestas futbolísticas y encima no suma puntos, dejándolo cada vez más expuesto en la tabla de los promedios. En medio de un cotejo parejo, bastante cerrado y con pocas situaciones de gol, Rosario Central aprovechó las ventajas dadas por la defensa local en uno de los últimos centros del juego y se quedó con los tres puntos.

La expectativa estaba puesta en ver una mejoría después del muy flojo papel del QAC hace unos días atrás en La Plata. Claro, sabiendo también de lo imprescindible que era sumar para traer calma de cara al futuro. Bueno, ni una cosa ni la otra se dio en el Estadio Centenario y la realidad se puso demasiado brava para lo que vendrá.

Entre dos conjuntos que no vienen para nada bien, se hizo un partido muy trabado y físico, donde los errores fueron desnudando realidades. Claro que, con el correr de los minutos y, principalmente en la segunda mitad, las posturas de ambos quedaron más definidas: mientras los rosarinos intentaban ir al frente con sus limitaciones a cuestas, el Cervecero se limitó a esperar agazapado alguna chance de contraataque.

Y por esa vía, tuvo una muy clara cuando el encuentro ya tenía la postura de que el que hacia un gol, lo ganaba: una corrida de Andrada, terminó en un balón que no pudo definir Da Campo, ante la atorada del Ruso Rodríguez y en el rebote, Nico Benegas picó el balón por sobre el travesaño. Antes y después de eso, fue partenaire de lo bueno y lo malo que hacía su rival.

Y Central fue mejorando a partir de los cambios, principalmente con la aparición de Camacho, quien le daba otra velocidad en los últimos metros. Encontró algunas ocasiones y tuvo un premio por tanto ir. Es cierto, tampoco hizo tanto por merecerlo, pero por llevar el partido a los últimos metros en el campo rival, encontró la ventaja en un centro en el que Colotto quedó pagando y fue el propio uruguayo el que anotó de cabeza, entrando solo en el área chica.

Un dolor de cabeza más grande para Quilmes. El empate no lo aliviaba demasiado pero es cierto que la derrota condiciona a la hora de pensar en lo que viene. Sobre todo, porque los próximos adversario serán San Lorenzo, Racing y River de forma consecutiva. Salir lo mejor parado posible de un momento caliente de la temporada, quizás se vuelva determinante para conservar la categoría.