La pelotita va y viene sin cesar, a una velocidad que se vuelve imperceptible. Hace falta mucha técnica, concentración y reflejos para poder hacerla cruzar la red. Esa diferencia cualitativa es la que separa al hogareño “ping pong”, del competitivo Tenis de Mesa. En la Sociedad de Fomento Nuestra Señora de Lourdes, uno de los pocos lugares del Gran Buenos Aires donde se practica esta disciplina, el entrenador nacional e internacional Daniel Romero, es el encargado de transformar a los jugadores caseros en verdaderos deportistas. Aquí explica como lograrlo.

- ¿Cómo se engancha la gente con este deporte?

- Todo el mundo juega en su casa, de ahí que muchos se enganchen. El tema es mantenerse, para eso hay que demostrarles con el entrenamiento, que van a ir adquiriendo nivel y experiencia para mejorar.

- ¿Y de qué forma entraste vos al tenis de mesa?

- A los treinta y pico, hace ocho años, por mi hijo y de forma amateur. Me gustó y me recibí de Entrenador Internacional en el CENARD. A partir de ahí empecé a enseñar en un club de Capital y otro de Lanús, en el que sigo actualmente.

- ¿Cómo llegaste a dirigir en Lourdes?

- De jugador comencé acá y cuando se quedaron sin técnico, el Presidente me convenció para ocupar el puesto. En ese momento no estaba seguro porque no me parecía ético dirigir en dos lugares simultáneamente, cuando tengamos chicos federados tendré que elegir que hacer.

- ¿Con cuántos jugadores cuentan?

- En un principio éramos cinco y llegamos a ser treinta. Ahora la actividad está comenzando a remontar nuevamente con veinte jugadores.

- ¿En qué categorías compiten?

- Hay dos circuitos: el federativo, que da puntos para certámenes nacionales, y el de aficionados, que se llama “Tenis de Mesa para Todos” (TMT). Por ahora compiten en éste último. El club suele organizar campeonatos de ese nivel y hasta llegó a ser sede de algún torneo federado.

- ¿Cuán grande es la convocatoria de un certamen como ese?

- El circuito federado mueve alrededor de 300 jugadores. Por su parte, en Aficionados son todavía más, llegando a sumar 600. Hay torneos todos los fines de semana que se van rotando por diferentes sedes de Buenos Aires.

- ¿Existe la posibilidad de volver a organizar otro en Lourdes?

- La idea es traer un Torneo Federación, el problema es el espacio que se necesita. Lo que sí se va hacer es uno de Aficionados, para el que ya se está analizando la fecha.

- ¿Qué nivel le ves a los chicos de acá?

- Están progresando y van a seguir por ese camino. Cuanto más corta edad, más facilidad tienen para asimilar los conceptos, sobre todo en una disciplina como esta que necesita mucha velocidad y reacción. Es un deporte muy complicado, con mucho efecto y velocidad.

- ¿Cuál es la rutina de entrenamiento?

- Hay una entrada en calor y después se arman las rutinas a seguir. Por ejemplo, golpes básicos para ir subiendo las exigencias, hasta llegar a un nivel máximo que consiste en saques y definiciones. Se trabaja de forma grupal, pero los sigo constantemente para poder corregirles los errores.

- ¿Todavía se pueden sumar chicos a su escuela?

- Pueden venir en cualquier momento. Nosotros estamos los lunes, miércoles y viernes.

- ¿Hay un plan de acá en más?

- Por el momento no nos podemos plantear metas, porque esto está recién empezando. La idea es seguir progresando hasta llegar al nivel federativo, por lo que se entrena como en cualquier parte del mundo.

- ¿Existen muchos clubes de tenis de mesa en Zona Sur?

- Además de este, hay uno en Berazategui, Lanús, Lomas, Mármol y dos en Avellaneda. Tendrían que existir más clubes porque potenciales jugadores hay muchos.