Volvió a vivir. Cuando parecía empantanado, atrapado en sus constantes vaivenes futbolísticos que fueron su principal problema a lo largo de toda la temporada, Argentino de Quilmes recuperó expectativa gracias a un par de éxitos que lo vuelven a poner en una buena posición, de cara al objetivo de clasificar al Reducido. Los dirigidos por Juan José Acuña mostraron coraje para sacar adelante un partido bravo, ganarle a San Martín y sumar su segundo triunfo al hilo.

En el momento más delicado de la campaña, el Mate renació gracias al coraje y las ganas de este grupo de futbolistas de vencer sus miedos y sus errores, apostando plenamente a ganador. Y aprovechó la posibilidad de jugar dos partidos de forma consecutiva en la barranca e hizo valer esa localía.

El encuentro de este martes tuvo valor recién en la segunda mitad, después de una etapa inicial que pasó de largo sin pena ni gloria: dos equipos de andar cansino, enfrascados en sus inconvenientes por ser certeros a la hora de pisar el área contraria y que casi no se generaron peligro. Pero en el complemento la historia fue distinta…

Principalmente por el deseo de ambos de ir al frente y jugar con una mayor decisión. Si bien fu el Mate quien mostró un mayor compromiso, este San Martín que ya no juega por nada en esta temporada, también apostó a ganador. Pero el temple y las ganas de los hombres de Acuña, le permitieron sacar la primera ventaja en su mejor momento del partido. Dominaban la escena, tenían opciones pero el gol llegó por la vía menos pensada: tras un centro desde la derecha, Sebastián Arias empalmó mal la pelota esta se desvió en un rival y se metió contra el palo.

Los minutos siguientes sacaron a relucir la peor versión de este Argentino. Volvió a mostrarse cuidadoso, regaló terreno y pelota y, pese a que los de Burzaco le costaba la definición, llegaron al empate de forma insólita: Héctor Cardozo pateó un corner sin que la pelota esté en ubicación lícita y terminó concretando un gol olímpico. Ahí aparecieron las nubes y los interrogantes, encima Jorge Benítez vio dos amarillas de forma rápida y dejó al equipo con diez.

Faltaban menos de quince minutos y allí fue que salió a flote el alma del Celeste que nunca se entregó. Arias filtró una pelota que erraron los dos centrales de San Martín y la pelota le quedó a Sergio Valenti, el goleador que venía con la pólvora mojada pero que esta vez no falló. Se tomó el tiempo necesario, definió de caño ante la salida del arquero Sendín y anotó el gol de la victoria a solo seis minutos para el final.

De esta manera, el Mate cerró una gran semana. Con solo un par de puntos más, se asegurará la clasificación a un Torneo Reducido en el que, lentamente, comienza a tener en su cabeza.