Lo mejor que le podía pasar a Quilmes después de un semestre terrorífico fue lo que se vive post encuentro en Sarandí: el final de una temporada que, lamentablemente, quedará en la historia teniendo en cuenta que se fue al descenso cuando tenía todas las posibilidades a mano para poder haberlo evitado. Ante un Estudiantes necesitado, aguantó lo más que pudo, pero cayó sobre el cierre por un gol de Viatri que clasificó a los de La Plata a la Copa Libertadores.

Presentarse y hacer de la despedida, lo más digno posible. Con mayoría de pibes y futbolistas que jugaron pocos minutos en esta paupérrima temporada, el QAC se esforzó para evitar que se notaran las diferencias existentes entre los dos conjuntos. Pese a eso, el Pincha fue superior y tuvo varias claras en el primer tiempo para hacer la diferencia. Errores propios y alguna buena atajada de Rigamonti lo evitaron.

La segunda parte mostró la misma tónica, pero con un Cervecero que cortaba el balón más adelante e intentaba responder por vía del contraataque. La situación fue pareja hasta la expulsión por doble amarilla de Lucas Carrizo, allí Estudiantes se volcó directamente hacia el arco contrario. Tanto asedio fue imposible de aguantar y a diez minutos del cierre, el recién ingresado Lucas Viatri tomó un rebote después un cabezazo propio, para mandar el balón a la red y poner a su equipo en la próxima Libertadores.

Increíblemente, Quilmes casi lo empata en la última, producto de un cabezazo de Ismael Benegas que dio en el palo. Pero el resultado no cambiaría y el los dirigidos por Cristian Díaz sumó otra derrota más en su haber para cerrar la pobrísima campaña.

Llega el tiempo de barajar y dar de nuevo. De aprender de los errores y ser más atinado a la hora de la toma de decisiones dependerá el futuro futbolístico de un Cervecero que a partir de septiembre deberá disputar una durísima Primera B Nacional. Lo que si está claro es que este trago amargo, seguramente será difícil de poder digerir.