Del boceto a la realidad futbolística, hubo un cambio enorme en el Cervecero. De aquel equipo pensado y preparado durante la pretemporada a este que ya lleva disputados casi cuatrocientos minutos en el torneo de la B Nacional, hubo un cambio radical. Por falta de tiempo, la ausencia de futbolistas claves, errores individuales y/o falencias desde la elección previa, este Quilmes tiene poco de ese conjunto pensado por el entrenador para manejar la pelota, contar con variantes ofensivas y ser protagonista en cada terreno que le toque jugar. Con una caída de nivel evidente partido tras partido, se encienden las alarmas debido a lo corto de un certamen que no dará muchas revanchas a aquellos que tengan un mal arranque.

Nadie dijo que el camino de retorno a la Primera División iba a ser sencillo, pero todo pinta para ser mucho más complicado y peligroso de lo imaginado. En medio de un campeonato parejo y en el que el QAC apostó a revalidar la chapa que tiene su nombre en la divisional, las cosas no han empezado de la mejor manera. Pero más allá de los rivales de turno, hay mucha responsabilidad propia en los problemas del equipo.

El inconveniente más grande es no poder divisar concretamente a qué juega este Quilmes, que fue muy largo y debió recurrir al pelotazo en Junín, siendo superado por Sarmiento en la segunda parte; después no pudo contrarrestar la presión contaste de un Dálmine que le sacó la pelota en el Centenario, todo eso en medio de un show de penales donde estuvo muy errático; mientras que en Jujuy había empezado bien plantado hasta que un claro error defensivo (NdeR: tras un corner, el nueve rival cabeceó solo en el área chica) y la infantil expulsión de Colotto, terminó desmoronando toda expectativa de mejora; por último, el equipo volvió a no aparecer de local ante Los Andes pero, con un gol de Miguel Caneo en su regreso, logró quedarse con los tres puntos.

A la hora de mencionar ciertas salvedades que pueden cambiar la historia de acá en más, hay que tener en cuenta que: el campeonato recién comenzó y todavía se está a tiempo de corregir el camino; un plantel completamente renovado necesita de mucho trabajo para encontrar las piezas que mejor encajen en la estructura del equipo; de a poco irán recuperándose aquellos lesionados, vitales desde la mirada del DT. Habría que hacer mención también al convencimiento de Nardi con su idea, aunque el conductor del grupo todavía debe demostrar su capacidad en el cargo, ante la falta de antecedentes previos al frente de un plantel profesional.