Se tenía fe El Guerrero. Mucha fe. Aunque el combate fuera en Alemania, enfrentando al boxeador mimado de la prensa alemana y con todos jueces alemanes. Isidro Ranoni Prieto se tenía fe porque estaba confiado en sus cualidades y sus puños noqueadores para logar alzarse ante Karo Murat con la corona IBO de los mediopesados. Sin embargo, una maldita lesión en un hombro durante un entrenamiento hizo que se bajara del tan esperado duelo titular en Hamburgo y, de ahí su bronca, como confesara a DQ: “es una lástima porque el rival era más accesible que otros que tuve, pero esto es el primer nivel y no podía pelear dando ventaja”.

Con una potencia noqueadora que asusta, un total de 22 para sumar 27 victorias en un récord que se completa con tres empates y apenas dos caídas, el ex campeón latino de los semipesados de la OMB es sin dudas el máximo referente quilmeño del deporte de los puños en la actualidad. El armenio nacionalizado alemán y monarca reinante en las 175 libras de la Organización Mundial, por su parte, ostenta un registro de 32 peleas ganadas (21 por nocáut), 3 derrotas (2 antes del límite) y un empate, siendo el niño mimado de la prensa germana que lo eligió como el mejor púgil de aquel país en 2017.

A pesar del ruido mediático, Ranoni Prieto continúa convencido que la corona estaba a su alcance y que, bajo ningún concepto, llegaba como punto al pleito pactado para el 24 de marzo. “Había estudiado muy bien a Murat y, más allá de lo que digan, lo veía como un oponente accesible. En mi carrera he enfrentado a boxeadores más duros, fuertes y técnicos que él”, asegura el guaraní radicado en San Francisco Solano, quien todavía no puede creer que la suerte le jugara tan mala pasada y lo dejara sin esta chance mundialista.