Después de un calor sofocante que mantuvo a los dos equipos paralizados durante la primera etapa, cuarenta y cinco minutos le bastaron a Argentino de Quilmes para alzarse con una goleada reparadora después de un flojo arranque de año. A partir que El Porvenir que se quedó con diez antes del entretiempo, los dirigidos por Monzón se mostraron más decididos en el campo y, con una corajeada de Rodrigo Marothi abrió el marcador y empezó a inclinar el juego a su favor.

De antemano había cambiado muchísimo el Mate. Tras la derrota de la fecha pasada, el entrenador entendió que al equipo le estaba faltando fútbol. Y apostó decididamente por este ítem para enfrentar a los de Gerli: Hermoso, Cristofanelli, la vuelta de la figura Brian Duarte y la postura de jugar con dos puntas: Marothi acompañando al siempre sacrificado Brian Chávez.

Pero esta postura no le do réditos a un equipo en medio de un primer tiempo parejo y casi sin situaciones de gol. La más clara, llegaría a partir de una pelota parada, que encontró solo a Leonel Barrios y su testazo fue rechazado sobre la línea cuando el arquero Cabral ya estaba superado.

Pero hubo una jugada ya con el tiempo cumplido: una fuerte entrada de Julián Domínguez, marcador central de la visita, sobre Elías Zarate, lo envió directamente a las duchas a partir de la roja directa que le sacó el árbitro Damián Rubino. Esa situación envalentonó a un Argentino que se mostró mucho más decidido en el complemento. Claro que, se exponía a las buenas contras rivales y durante los primeros minutos, sufrió más de la cuenta.

Hasta que a los 15 minutos, Marothi peleó una pelota larga, se la llevó dos veces y terminó rematando cruzado y alto para clavar la pelota en el ángulo del segundo palo. El panorama cambió rotundamente desde ahí para un elenco local que desperdició muchas para sentenciar la historia bastante antes de los minutos finales… Hasta que a los 43, Cristofanelli volvió a mostrar su talento para pegarle la pelota y, desde veinte metros, clavó el baló muy pegada al palo derecho del arquero.

Y faltaba la frutillita de la torta. Minutos antes se había generado el regreso de Ramón Borda a la barranca quilmeña. Y una de las últimas figuras del hincha, colocó un centro milimétrico al segundo palo, para la aparición cómoda de Iván Sandoval, que tocó el balón de cabeza al gol.

La goleada tapará alguna carencia en el rendimiento que sigue mostrando el equipo, pero la victoria era por demás importante. Para que no se le sigan escapando los candidatos y para mantenerse a la expectativa. Volver a sonreír es importante.

Foto: Mate Eterno