La taba parece habérsele dado vuelta a Quilmes. La suerte dejó de estar de su lado y, en el partido que más lo buscó, terminó perdiendo de manera insólita con un gol en contra, cuando ya se jugaba el minuto final del partido. Dentro de un balance parejo, los dirigidos por Leo Lemos volvieron a mostrar similitud en carencias a otros partidos. La segunda derrota consecutiva empieza a molestar, en medio de una campaña más valorada por resultados que rendimientos.

El cachetazo vivido ante Tucumán fue un primer llamado de atención y el QAC intentó reaccionar a la primera derrota en el campeonato saliendo a buscar de entrada el triunfo en José Ingenieros. Fue un interesante primer cuarto de hora, con tenencia de pelota, intentos por los costados y una llegada profunda, a partir de una chilena que ejecutó Imbert y rechazó el arquero Limousin.

Pero de a poco la presión cesó, Almagro empezó a jugar más con la pelota y comenzó a mostrar cierta vulnerabilidad defensiva que el equipo no venía teniendo hasta la fecha pasada. Corriendo un balón desde la derecha, Facundo Suárez quedó en condiciones de rematar pero su tiro fue desviado; una llegada por la izquierda, terminó con un remate a las manos de Marcos Ledesma y, tras un corner, Diana remató desviado de frente al arco.

Parecía que la situación se le acomodaba al Cervecero, producto de haberse encontrado con el gol (uno de los mayores problemas que tiene el equipo), en un momento impensado: tremendo sablazo cruzado el que sacó Leandro González, que hasta ahí no había hecho un buen partido, para encaminar la cosa. Pero le duraría poco…

Apenas menos de cinco minutos más tarde, un centro al corazón del área no fue despejado y Ledesma salió a un cruce rápido contra un rival. El roce fue mínimo, pero el atacante aprovechó el contacto y el árbitro Bocca sancionó penal, que luego ejecutó certeramente Ezequiel Denis. Desde allí y hasta el cierre, el partido se tornó más vertiginoso y desordenado, con un QAC buscando y Almagro contragolpeando.

En medio de la incapacidad de ambos para vulnerarse, más allá que Quilmes se mostró más profundo y con alguna opción clara de peligro, los locales consiguieron la diferencia en la jugada menos sospechada, porque el Burrito Martínez defendió bien un despeje corto de Masuero, tiró el centro y Alan Alegre, en su afán por defender, terminó metiendo el balón dentro del arco.

Sin demasiado tiempo para revertir la historia, el Cervecero se trae una segunda caída consecutiva que obliga a ciertos replanteos. Ni tan buenos cuando no se perdía, ni tan malos ahora que no puede sumar. Sin ponerse objetivos por delante, tiene tiempo para corregir y tratar de mostrar la mejor versión dentro de sus posibilidades.

Foto: QAC oficial