Hombre de palabra, anunció que regresaría desafiando al tiempo y cumplió. A sus 45 años, y tras casi seis sin combatir, Sergio Martínez subió al ring de Torrelavega y en la cálida noche española dominó las acciones para imponerse por nocáut técnico en el séptimo asalto al local Miguel Traumatólogo Fandiño. Sin la velocidad de piernas característica con la que brilló al reinar en los Superwelter y Medianos, pero con la calidad boxística y lectura de la pelea intactas, un emocionado Maravilla anunció tras el match que éste solo fue el comienzo de un nuevo camino: “Hasta el título del mundo no paro”. Atención Ryōta Murata, la leyenda quilmeña ha regresado y apunta a tu corona de la AMB.

En un estadio que, con el número de asistentes limitado debido a los cuidados ante la pandemia de COVID-19, mostraba en su boletería el cartel de sold out desde hacía varios días, Martínez (52 (29KO) - 3 (2KO) - 2) asumió el rol protagónico del pleito desde la campana inicial, ganando el centro del ring y buscando con su derecha en punta a un limitado, pero fuerte, Fandiño (15 (8KO) - 7 (4 KO)), que rápidamente entendió que lo suyo sería aguantar al ex tricampeón mundial e intentar contraatacar con una mano salvadora, cosa que casi nunca le resultó.

El trámite del combate estuvo signado por el ritmo por momentos cansino de ambos púgiles, característica de por sí natural dada la edad de Maravilla y su larga inactividad. Sin embargo al quilmeño se lo vio bien físicamente, a excepción del cuarto y quinto asalto -este último siendo el único que ganó el Traumatólogo-, pasajes en los cuales pareciera que estaba intentando cambiar el aire en un duelo que estaba pactado a diez vueltas.

Desde la salida en el sexto, el quilmeño mostró más decisión y, haciéndole caso a su rincón, comenzó a buscar la zona blanda de su oponente, mostrándose claramente superior y provocando la primer caída del español. En el siguiente asalto se dio lo mejor del combate, con un Fandiño que intentó ganar el centro del cuadrilátero pero que solo logró entrar en el golpe por golpe que le propuso Martínez hasta que, un fuerte y limpio zurdazo al torax, volvió a hacerle besar la lona, la toalla voló y fin de la historia.

Sergio Martínez, el que nunca se da por vencido, el que repite como un mantra “hasta la victoria siempre”, volvió al boxeo internacional con un claro triunfo ante un rival que, aunque sin equivalencia e impensado para sus mejores momentos cuando se ubicaba como el tercer mejor libra por libra detrás de Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao, podría haber llegado a ser más complicado de lo que finalmente resultó, sobre todo, dada su aún falta de timing, algo que solo ganará con el correr de las peleas.

¿Esta victoria servirá solamente para engrosar su registro y marcar el hito de combatir a los 45 años? ¿O será realmente el comienzo de un nuevo camino que solo se detendrá ante una chance mundialista? La respuesta solo la sabe el propio Maravilla. Ese boxeador que, a lo largo de toda su carrera, siempre encontró la forma de tomar por sorpresa al mundo entero.