“Las cosas en el boxeo suelen ser muy cambiantes. Se está hablando de un combate entre Ryōta Murata y Gennady Golovkin. Si se concreta, lo más probable es que el duelo lo gane el kazajo y ahí el panorama cambiaría muchísimo, pero no mi objetivo porque lo que quiero es disputar ese título, ya sea contra Murata o contra Golovkin. Puede ser una locura, algo insensato dependiendo de los ojos de quien lo vea, pero quienes me observan trabajar a diario lo ven cada día menos descabellado”, explica en comunicación con DQ Radio (FMQ 93.5) desde el otro lado del Atlántico un convencido Martínez.

- ¿Estás en el estado que te imaginabas cuando proyectaste este regreso?

- Estoy mucho mejor de lo que pensaba, porque no imaginaba que iba a poder hacer el trabajo de hipertrofia, de masa muscular, que estoy haciendo. Antes vivía con 77 kilos, que está muy bien, pero que es muy bajo para ser un peso Mediano. Esforzándome podía dar el peso Welter, pero peleo dos categorías por arriba. Hablé con el preparador y le dije que todos mis rivales cuando suben al ring tienen 6 kilos más que yo. Así que aquí estoy, levantándome ahora a diario con 83 kilos. Aumenté una barbaridad en masa muscular.

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- Tu rutina sigue siendo exigente, pero ¿se parece a como trabajabas antes?

- Por suerte son entrenamientos distintos (risas). Hubo algo que me gustó mucho cuando hable con mi entrenador de boxeo, cuando regresé, me dijo: “mirá Sergio, tenés que tener en cuenta que no podés hacer lo que ya hiciste antes porque así quedó tu cuerpo. Ahora tenés que hacer cosas nuevas, no podés volver a lo que hiciste durante 20 años”. Fue como un cachetazo porque venía con una visión sobre el esfuerzo, la disciplina y el trabajo que para mí era la única manera, pero claro, resulta que no existe una sola forma correcta de hacer las cosas. Fuimos encontrando cómo adapatar los entrenamientos a mi cuerpo y a mis condiciones, que no son las mismas de las de un pibe de 20. Tengo 46 años bien puestos en mi cuerpo. Así que no es el mismo entrenamiento, pero el resultado que está dando es espectacular.

- ¿Y la motivación?

- Motivado estoy siempre, pero no siempre estoy activo. Y ese día en el que no lo estoy, lo que hago es aferrarme a la disciplina, por eso no falto nunca a ningún entrenamiento. Todo esto es parte de un proceso de aprendizaje y de desarrollo de consciencia.

- ¿Cómo te sentiste en tus primeros combates en esta nueva etapa?

- Mucho más cómodo de lo que hubiera imaginado. Al subir al ring pensé: “¡madre mía! ¿dónde me metí? Otra vez sopa, estoy de nuevo acá” (risas). Pero con el correr del tiempo me di cuenta que lo que tengo que hacer es adaptar mi boxeo al rival de turno, no quiero hacer más de lo que debo y salió bien. Pude definir ambos combates cuando me lo propuse. Salió redondito. Estoy por el buen camino, es un camino largo, no una carrera de velocidad.

- ¿Qué fue lo que más te sorprendió?

- Esos momentos inciales en los que uno comienza a recuperar esas sensaciones con respecto a las asperezas de lo que es un choque con el rival… lo que es el árbitro, las cuerdas, el tacto de las botas contra el suelo, los gritos del público, el olor que hay en el ring… un montón de detalles que, luego de seis años inactivo, fueron como un volver a empezar.

La próxima pelea

Con los dos combates ganados en este regreso, el ex campeón del mundo Súperwelter (IBO y CMB) y Mediano (OMB y CMB) aumentó su récord a 53 victorias (30 por nocaut), dos empates y tres derrotas (dos por nocaut) y todavía quiere más. “La tercer pelea, que planeaba hacerla en estos meses, aún está en el aire debido a las nuevas restricciones por la pandemia”, explica Maravilla Martínez y redobla la apuesta: “sin embargo, mi objetivo sigue siendo el mismo: llegar a disputar el título y ganarlo. Sé que antes o después se dará esa chance porque estoy haciendo todo lo que tengo que hacer, todo lo que está a mi alcance, para ganármela”.

- ¿Hay posibilidad de que tu próximo combate sea televisado para Argentina?

- Antes era campeón del mundo y había canales que se peleaban por transmitir mis combates. Hoy ya no soy el campeón, tengo 46 años y peleo en Europa. Entonces es muy dificil conseguir la televisación. Ojalá que se de, pero eso ya no depende de mí.