Desde el primer partido, aún casi sin pretemporada ni amistosos de preparación, se notó que el Mate tenía un ADN futbolístico, una idea vital de juego por parte del cuerpo técnico que encabeza Jorge Vendakis. Pero el equipo no termina de arrancar… se queda frenado en la buena intención en el trato de la pelota y la prolijidad a la hora de la creación. Pero con eso ya no le basta para conseguir resultados.

A diferencia de sus rivales, que no necesitan demasiado para convertirle generando pocas oportunidades de gol, el Celeste no puede terminar de cristalizar en ofensiva todo lo que propone. Le cuesta ser profundo, y todavía más, ser efectivo. Al punto que solo ha convertido tres goles en lo que va del certamen y todos fueron señalados por Camilo Machado (de lo mejorcito del equipo en Berisso).

En cambio, los rivales cuando tienen la chance, no la dejan pasar. En medio de un trámite bastante parejo, San Carlos aprovechó una segunda pelota después de un tiro libre, en el que los defensores perdieron las marcas, para que Iván Massi saque la ventaja en el inicio del segundo tiempo. Y si bien los de la barranca se repusieron por la aparición del colombiano después de una pelota parada, desaprovecharon un momento positivo y lo pagaría en el cierre.

Una buena contra en velocidad por parte de los locales, terminó con un desborde por la derecha y el ingreso en velocidad por el medio del área de Lautaro Ruiz Martínez. Iban 41 minutos y poco tiempo para la reacción de un Argentino que sin margen y pocas ideas lo intentó, pero ni siquiera pudo llevar peligro.

Una derrota que pesa y que molesta, todo a pesar de las circunstancias. La actualidad social del club vive días demasiado movidos y aunque la meta para el año esté en otro lado, futbolísticamente la campaña, en números, comienza a estar lejos de lo deseado.

Foto: Patricia Salas