La realidad es dura y no tiene remedio para Quilmes. Tras una mini-ráfaga de interesantes actuaciones, el equipo conducido por José María Bianco cayó en un oscuro presente: volvió a mostrar una mala imagen futbolística, con poca resolución y decisión para llevarse por delante como local a un amarrete Platense y se quedó en un pálido empate sin abrir el marcador. Ahora, deberá esperar los restantes resultados de la jornada, para ver como queda ubicado en la tabla, antes de disputar el último cotejo del año.

La perspectiva positiva y arrolladora que el equipo había generado, luego de tres victorias al hilo, parecen haber quedado en el olvido tras dos actuaciones frustrantes. Encima, si la media de Quilmes en la temporada tiene mucho más que ver con lo mostrado frente a Platense, que con lo que había producido hace unas fechas atrás frente a Independiente o la CAI, no caben dudas que lo único que queda es barajar y dar de nuevo.

A una fecha del final de la primera rueda, da la sensación que el Cervecero pide a gritos que se termine el torneo. Que llegue el momento del receso, para refrescar las ideas y para ver que se puede mejorar, de cara a un semestre que será definitorio. Porque el equipo ha retrocedido varios casilleros en su juego y eso puede transformarse en perjudicial, ante su objetivo de mantenerse entre los primeros lugares de la tabla.

Frente a un Platense, conducido por el Beto Pascutti, que forzó poco la maquina (pese a que podía haber dispuesto de algunas contras peligrosas, sobre todo en el tramo final), el equipo nunca le encontró la vuelta al partido. Negado con la pelota, ineficaz en la búsqueda para asistir a sus hombres de punta y bajo en el plano individual, como la semana pasada frente a Ferro, solo se podía esperar lo que se vio: un conjunto de voluntades, que apenas generaron un puñadito de aproximaciones al arco rival.

Porque lo de Quilmes fue apenas eso, aproximaciones. Ni siquiera llegaron a transformarse en verdaderas situaciones de peligro, que permitan hacer valer la diferencia de jerarquía y realidad entre un plantel y otro. El Calamar vino a hacer su partido al Centenario y no se vio forzado a cambiar de libreto, porque su rival nunca lo pudo poner en aprietos.

Apenas le queda una semana más de trabajo al Cervecero, antes que finalice su año 2009. Será un duro viaje a Córdoba, donde se enfrentará con Belgrano, el que cierre su actividad. Un último paso antes de un descanso que, a esta altura, suena bastante necesario.

Síntesis

Quilmes (0): Trípodi; Quiles, Ribonetto, Herbella; Marcelo Guzmán (ST 25’ Planté), Francisco Cerro, Meza Sánchez, Claudio Corvalán; Matías Córdoba (ST 14’ Miguel López); Mauricio Carrasco y Sava. DT: José María Bianco. Sup: Pontiroli, Noce, Di Gregorio, Kalinski y Leopoldo Gutiérrez.

Platense (0): Alejandro Sánchez; Fuente (ST 37’ Pilipauskas), Silvio Duarte, Pablo Nieva, Zunino; Nicolás Torres, Scatolaro, Brian Robert (ST 28’ Martín Madrid); Emiliano Romero; Melivillo (ST 33’ Viturro) y Diego Ceballos. DT: Alberto Pascutti. Sup: Hernando, Barreal, Diego Gamarra y Abálsamo.

Amonestados: Meza Sánchez, Sava y Ribonetto (Q); Scatolaro, Zunino y Robert (P).

Arbitro: Pablo Díaz.

Estadio: Centenario.