Por Ornela Carboni *

Es un día hermoso con sol y una brisa leve, estamos llegando al río con mi hermano y un amigo de él. Ya se siente ese olorcito particular que emana la costa quilmeña, pero eso no nos importa, al menos por hoy. Vamos a ver el clásico del rugby local, una vez más, el CUQ y el Don Bosco Rugby se van a medir por el torneo. El CUQ en busca de mantener la categoría, el Don Bosco con la necesidad de recuperarla.

Entramos, está lleno de autos y la gente, de todas las edades, está dispersa por doquier. Eso sí, por un lado el público local y por otro lado el visitante. Me ubico detrás de uno de los in goal y espero que los equipos entren a la cancha. Las tribunas se hacen oír, bombos, platillos y cánticos adornan la jornada. Provocaciones, respuestas y contra respuestas se escuchan de una y otra tribuna.

Salen los equipos a la cancha, primero aparecieron los de camiseta celeste y después lo hicieron los de azul y rojo. Estos últimos pasaron cerca de su tribuna, les tiraron muchísimos papelitos, los aplaudieron, los alentaron, ellos concentrados corrieron todos juntos hasta el campo de juego. El árbitro dio la orden y comenzó el partido. El primer tiempo trascurrió justo en el arco contrario al cual yo me encontraba, así fue que los tres try del CUQ con sus correspondientes conversiones quedaron lejos de mi vista. Solo pude ver un try del Don Bosco que le permitió sumar los primeros cinco puntos. Así que la primera mitad terminó 21-5.

En el segundo tiempo los del Don Bosco salieron con todo, mucha potencia, fuerza, empuje, correr y mirar para adelante. Lástima que eso duro solo los primeros minutos. A los de azul y rojo les sirvió para hacerse de un penal y un try, hasta ahí 21-13. Mientras tanto, todo el color y la fiesta llegaba desde las tribunas con los benditos bombos y cantos que no paraban un segundo y hacían vibrar la cancha. Después, el trámite del partido fue más lento y trabado, el Don Bosco desperdició un par de buenas llegadas y el CUQ pudo cubrir muy bien otras que impidieron a los del Bosco achicar la diferencia. Sumado a esto algunos errores en la defensa del equipo visitante ayudaron que en los últimos minutos de juego, los locales marcaran el try que selló el resultado en 28-13.

Así fue como los del río se quedaron con la victoria, no se preocupen chicos que nos volveremos a ver las caras.

Una conclusión... para los pibes: Gracias a los jugadores del Don Bosco. Imagino la adrenalina que debe pasar por el cuerpo antes de salir a la cancha. Gracias porque es difícil practicar un deporte amateur. Tener miles de obligaciones en la semana, ir a entrenar y jugar los sábados, dejando de lado un montón de cosas. Gracias porque hay muchas formas de perder, pero pusieron una vez más “garra y corazón”. ¡Adelante!

* Deportes En Quilmes agradece a la lectora Ornela Carboni por haber enviado este artículo a [email protected]. Dicha dirección de correo electrónico está abierta a todos aquellos que quieran colaborar con sus opiniones y crónicas referidas a las actividades deportivas en Quilmes, ya que, como saben, DQ "es el único que juega en todo el partido".