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Sin dudas, es el máximo galardón que puede recibir un futbolista. Participar de un Mundial es un hecho único, especial, que trasciende cualquier compromiso laboral de turno. Que se juega por el amor a la camiseta de toda la vida, esa que no va a cambiar de escudo ni de color y que puede terminar siendo el punto sublime en cualquier carrera. Y en la historia de la Argentina en las diferentes Copas, hubo varios quilmeños, de sangre y por adopción, que se dieron el gusto de formar parte. A pocos días del comienzo de la máxima cita del fútbol mundial, DQ te invita a repasar todos esos nombres, desde la histórica representación de Juan Bottaso en el Mundial del 30 hasta llegar a la convocatoria de Diego Milito en Sudáfrica.

Juan Bottaso

Esas imágenes en blanco y negro, por estos días siguen apareciendo en los canales deportivos. La final de la primera Copa del Mundo, disputada en 1930 en Montevideo, vuelve a cobrar vida una y otra vez, ante cada repaso previo al inicio de un nuevo torneo. Para los argentinos fue el trago amargo, por haber perdido el encuentro decisivo frente a la ya famosa garra charrúa de los locales. En medio de esa historia, un quilmeño tuvo la oportunidad de dejar rubricado su nombre.

Representando a Argentino de Quilmes, Juan Botasso defendió los colores nacionales en ese primer Mundial, en el que disputó los compromisos definitorios, semifinal y final, al reemplazar al cuestionado arquero titular, Angel Bossio. La Cortina Metálica, apodo que se ganó luego un partido entre el Mate y Racing en la Barranca, en el que fue gran figura para el triunfo de los locales por 3 a 1 y que desembocó en la letra de un tango, aún hoy es considerado uno de los grandes arqueros argentinos de la historia.

José Manuel Ramos Delgado

De técnica depurada, firmeza defensiva sin apelar al golpe y con una precisa salida, el defensor quilmeño es recordado por el mundo del fútbol por haber sido compañero de Pelé en el Santos. Suplente en el Mundial de Suecia 58, fue titular en el de Chile en 1962.

Poker de campeones

Llegados desde San Miguel del Monte, Bahía Blanca y Roque Pérez, sus pasos por el QAC los transformaron en quilmeños adoptivos. Ubaldo Matildo Fillol, Daniel Bertoni y Julio Ricardo Villa fueron baluartes destacados en la consagración argentina en el 78. El Pato ya había debutado en Alemania 74 y junto con Bertoni repitieron en España 82.

Jorge Burruchaga también se dio el gusto de alzar la copa entre sus manos. Un referente en la zona, que fue el autor del gol decisivo en México y que también resultó un jugador clave para llegar a la final en Italia 90.

Otro nacionalizado quilmeño es Pedro Dellacha, uno de los más grandes zagueros de toda la historia. Don Pedro del Area jugó los tres partidos que la Selección disputó en 1958. Al igual que Nelson Vivas, uno de los últimos grandes ídolos del Cervecero, que estuvo presente en Francia 98 y una lesión lo marginó de jugar en Corea-Japón.

Gabriel Milito

Pese a la larga inactividad que sufrió en los últimos tiempos, el bernalense es una de las máximas figuras nacionales en su puesto. Su bautismo mundialista lo vivió hace cuatro años en Alemania, teniendo una constante participación hasta la eliminación en Cuartos de Final. Pese a la presión de Messi, compañero suyo en Barcelona, en esta ocasión no fue elegido por Maradona.

Banco y silbato

En 2006 un hombre del distrito fue protagonista de la gran final. Se trata de Horacio Elizondo, el primer arbitro argentino en dirigir el compromiso decisivo en un Mundial. Este profesor de Educación Física oriundo de Don Bosco, se retiró para seguir tareas relacionada al arbitraje fuera de la cancha.

Ese mismo torneo, el ex jugador y futuro DT de Quilmes, Hugo Tocalli, tuvo la posibilidad de acompañar en el banco de suplentes a José Pekerman, dirigiendo a un equipo que se despidió del torneo sin perder un partido.

En Sudáfrica, Diego Milito será el representante local. Su gran momento en Italia genera expectativa en sus posibilidades de dejar bien parado al orgullo quilmeño.