Comienza a acostumbrarse a dividir puntos Argentino de Quilmes. En la calurosa tarde de la Barranca sumó su cuarto empate consecutivo, en este caso ante Central Ballester, uno de los peores conjuntos del campeonato. De esta manera, Fernando Rizzo sigue sin poder conseguir un triunfo desde que comenzó su nuevo ciclo. El equipo no levanta cabeza y las posibilidades de luchar por los primeros lugares, lentamente se van esfumando.

Empezó a transformarse en una costumbre, pero que no es nada sana para su presente deportivo. El Mate sigue regalando unidades, que a la postre, le pueden llegar a costar caras en su objetivo de recuperar el terreno perdido y escalar posiciones para pelear por el ascenso. Pero aún más preocupante fue su rendimiento futbolístico: el equipo nunca pudo llevarse por delante aun rival inferior.

"Por lo menos tomamos un poco de sol", era la ironía que podía escucharse de algunos hinchas al abandonar el estadio de la Barranca. Claro, Argentino no les había transmitido nada desde su juego y terminaron presenciando un partido chiquito, de poco vuelo y con mínimas emociones durante los noventa minutos.

El elenco dirigido por Rizzo careció de fútbol, nunca fue profundo, por lo que indefectiblemente, terminó siendo inofensivo. Al punto de, haber creado una sola opción clara de gol durante todo el juego. Y si a la falta de ideas evidenciada por el local, encima se le suma un Ballester realmente pobre desde el material con el que cuenta, aquel que estuvo por el estadio mate durante este domingo, no deberá tener que hacer demasiado esfuerzo para olvidarse rápidamente lo que le tocó observar.

Con este punto, ahora el Mate se ubica en la 14ª posición de la tabla, a 19 unidades del líder, Dock Sud. Por lo tanto, el sueño del ascenso directo ya empieza a quedar en una quimera, mientras que la expectativa por llegar al Reducido deberá comenzar a cimentarla a partir de otra clase de rendimientos. O por lo menos, uno que le permita poder volver al triunfo tras tantas fechas.

Foto: Unidos por el Mate