Esta vez, el sabor de la cerveza no fue la del reencuentro con la victoria. Pero pese al empate final, Quilmes mostró otra cara frente al ambicioso Racing y muy cerca estuvo de lograr un triunfo histórico en el Cilindro de Avellaneda. En un partido electrizante, los de Madelón tuvieron la actitud y el coraje necesario para estar a la altura de las circunstancias y casi lo ganan en la última jugada. Un punto que sirve, pese a tener gusto a poco en la tabla de los promedios.

La sensación del deber cumplido fue la primera imagen que deja este empate conseguido por el Cervecero. Más allá de cualquier especulación previa, el equipo se mostró a la altura de las circunstancias y, pese a sus habituales carencias de juego, no fue menos que un Racing que llegaba en racha positiva, y con la necesidad de ganar para entrar en zona de clasificación a la Copa Libertadores.

Es que, cualquier falla técnica, el QAC la suplió con coraje y amor propio. Fue así que salió a dominar la escena en los primeros instantes del partido y que en esa primera parte, apenas sufrió en las acciones finales del juego (Hauche tuvo la más clara con un remate que se fue junto a un palo, luego de quedar mano a mano con Galíndez) producto de algunas malas coberturas defensivas.

Con Kalinski como estandarte en la mitad de la cancha (anuló al colombiano Moreno y fue salida clara con la pelota en los pies), sumado al esfuerzo constante de Cerro, las interesantes proyecciones de Núñez, en su mejor partido en el equipo, y con intermitencias de Raymonda y Caneo, este último en la segunda parte, Quilmes fue capaz de sacarle la pelota por momentos al local y hasta se animo al palo por palo, cada vez que los de Russo se adelantaban en el campo.

Y el tramo final se volvió electrizante, con veinte minutos finales que tuvieron de todo. Porque el entusiasmo del Cervecero tuvo premio en una habilitación de Caneo, para que Cerro definiera de forma correcta cruzado al segundo palo. Pero poco pudo disfrutar de ese gol, porque tres minutos más tarde, Fontanini se equivocó en un despeje y Hauche definió bien ante la salida del achique del arquero.

Con la lluvia de fondo, ninguno se resigno en su búsqueda hasta el final. Y con diferentes argumentos podrían haber llegado al triunfo. Primero Racing, cuando Giovanni habilitó a Lugüercio, que definió cruzado ante la salida de Galíndez y la pelota rebotó en el palo. Y en la última, Cerro tuvo otra posibilidad y mano a mano con De Olivera terminó rematando muy cerca del palo.

El equipo se despidió del estadio académico envuelto en aplausos, algo que no había sucedido hasta aquí en el torneo. Y más allá de la bronca por no haber podido ganado, el sabor de la recuperación comienza a ser tan o más valorable, pensando en lo que se vendrá por delante.