De fugaz visita por Argentina para estar con su familia y, como él explica, “poner los pies sobre la tierra”, el monarca mundial de los Medianos (CMB), el quilmeño Sergio Maravilla Martínez, analiza en exclusiva junto a DQ su campaña en 2010, “el mejor año de mi carrera”, adelanta sus pasos en 2011 y, polémico como nunca, dispara contra la corrupción en la dirigencia del boxeo argentino: “no quiero ser parte de este sistema hipócrita”. Trabajador, honesto, humilde… el segundo mejor libra por libra del planeta en una entrevista imperdible.

“En Estados Unidos vivo a un ritmo vertiginoso porque no paro de viajar, de recibir premios, de hacer promociones… y venir a Argentina y pasar tiempo con la familia hace darme cuenta que sigo siendo humano. Es para refrescarse un poquito y poner los pies sobre la tierra. Allá sos casi un autómata, aunque gracias a eso estoy ganando mi nombre, mi dinero y haciendo historia”, abre la charla el Campeón.

- Este fue un año para el recuerdo…

- Posiblemente el mejor de toda mi carrera y el mejor de mi vida. Me siento pleno. Terminó superando inclusive las expectativas que tenía.

- En el análisis ¿Influye tu victoria en la revancha ante Paul Williams?

- Sí, probablemente por como se dio el combate. Sabía que iba a ganar por nocaut, pero no imaginé la espectacularidad con que iba a hacerlo y la trascendencia que iba a tener. Desbordó todo lo que tenía en la mente. Fue increíble.

- Además, por primera vez se te pudo ver en directo en Argentina…

- Al haber sido televisado acá se me abrieron muchas puertas en el país. Las cosas cambiaron considerablemente y creo que ahora la gente sabe quien soy.

- En Estados Unidos también estás muy bien posicionado, figurando en todos los rankings de los mejores libra por libra…

- Sí, hoy por hoy me tienen como número dos en el libra por libra de los rankings más importantes. Es casi un sueño logrado, pero yo quiero ser el primero y no voy a parar hasta agotar todas las posibilidades.

- ¿Se puede pensar a futuro, en lo que viene?

- El futuro mío siempre es el próximo combate. No puedo pensar en el 13 de marzo: el 12 tengo la pelea más importante de mi vida al disputar el Cinturón Diamante CMB (NdR: nueva faja para aquellos choques que no se realizan en el peso límite de una división y participen dos púgiles de elite), algo con lo que vengo soñando con conquistar. Después de ese día, podremos a hablar, pero primero tengo que ganarle a Sergei Dzinziruk (NdR: ucraniano monarca invicto Superwelter OMB) y mantener la imagen que vengo dejando hasta ahora.

- Hablando de sueños ¿uno de ellos sería enfrentar a Mayweather y a Manny Pacquiao?

- Sí, pero Pacquiao es casi imposible por una cuestión de diferencia de peso, yo no puedo bajar ni un gramo más de las 154 libras y él no quiere subir de las 150, entonces es inviable. Solo me queda pensar en Floyd Mayweather. Sé que ganándole a él voy a ser el mejor. Espero que este año se me cumpla.

- Aparte de esta aspiración ¿te quedan otras por alcanzar?

- Siempre hay más cosas para conquistar: el Cinturón Diamante, ser el mejor libra por libra, hacer pay per views en Estados Unidos, bolsas importantes... Siempre voy a encontrar cositas que me motiven, el día que no las encuentre dejaré de boxear.

- En tu último combate, ante Williams, te vestiste de rojo y negro, los mismos colores que usaba Carlos Monzón también peleando en Medianos…

- Fue un poquito para tratar de rendirle un homenaje a quien es mi ídolo. Dije: “Ya que no boxeo como Monzón, por lo menos voy a llevar sus colores”, fue para tenerlo un poquito en la memoria y que siga perdurando en el recuerdo de todos.

- Para este año ya hay confirmación de una pelea…

- En teoría van a ser tres combates: 12 de marzo, finales de julio o principio de agosto y primera semana de noviembre. Y si no se da así, será la de marzo y la de noviembre. Serán todas grandes peleas, con rivales de nivel y por campeonatos importantes.

Bomba de Martínez

- En una entrevista anterior nos habías comentado que te gustaría combatir en el Luna Park ¿sigue en pie esa posibilidad?

- Sí, me sigue gustando esa idea. Tengo pensado, cuando esté cerca del retiro, intentar hacer un combate despedida en el Luna. Pero todo está muy verde, aquí lo que es difícil es la parte dirigencial: los boxeadores siguen siendo los mismos esclavos y yo no quiero ser parte de este sistema tan hipócrita e infame.

- ¿A qué te referís?

- En Argentina, los boxeadores siguen trabajando por 4 monedas. Siguen siendo esclavos en una situación en la que solo les falta recibir los latigazos. Y si pelean en el Luna Park, lo hacen casi gratis porque les dicen “Pibe, es un honor para vos pelear acá”. Es una hipocresía muy grande.

- ¿Por qué pensás que sigue pasando eso?

- Porque los que manejan el boxeo son los mismos que hace 20 años. Mientras siga así a mi no mi interesa formar parte. Simplemente hice mi propio camino afuera, me abrí, y hoy me está yendo bien. No soy superior a nadie, simplemente fui a trabajar y trabajé más que ninguno, me surgieron las oportunidades, las supe aprovechar y punto. Aquí no las tenía y si vengo seguramente seguiré sin tenerlas.

- Pareciera que nunca fuera a cambiar…

- Yo veo pésimo eso de que las cosas tengan que ir mal para que todo siga funcionando bien. Ojalá un día exista un lavado de cara en la dirigencia y se vayan todos los parásitos que están en el medio. Sé lo que es un manager corrupto y seguimos lamentándonos de toda esa gentuza que ensucia al boxeo. El deporte no tiene la culpa de que ellos existan y los que sufren son siempre los boxeadores.

- Un ejemplo de esto que cometás son los problemas que está teniendo el Cotón Reveco por pelearse con Osvaldo Rivero, su manager…

- Sí, es tremendo. La diferencia entre él y su manager es que uno sabe hablar, se defiende con palabras, y el otro se defiende a los golpes. Desde mi humilde posición quiero enviarle todo mi apoyo y ayudarlo en lo que pueda. Me voy a unir con él y si hay que iniciar una guerra se inicia.

- ¿Existe alguna solución para esta situación?

- Hacen falta valientes que tomen la iniciativa y den un paso al costado como lo hizo Reveco. Ojalá más gente se una, porque hay que eliminar a los corruptos, aunque parezca imposible por el poder que tienen. El boxeador no deja de ser un chico sin estudios, sin recursos, de una situación precaria y lo único que sabe hacer es lanzar golpes y esquivarlos para ganar un campeonato del mundo y tratar de sacar a su familia adelante. Entonces, yo como boxeador voy a defender siempre a los boxeadores.

- A pesar de todo esto ¿Cómo ves el nivel de los púgiles nacionales?

- Está complicado para los argentinos poder triunfar en el exterior porque seguimos con recursos muy bajos en la infraestructura de los gimnasios, la suplementación, la alimentación adecuada… y cuando salen algunos chicos que triunfan ¡pues la verdad que me parece tremendo! Pese a todo se consagran y tenemos a Omar Narváez como campeón del mundo, Reveco como campeón... Me gustó mucho la imagen que dejó Marcos Maidana, estuve con él en Las Vegas ¡me quedó doliendo la garganta de todo lo que grité! O sea, pese a todo, los argentinos somos campeones.