“No soy mas campeón del peso medio del CMB... ahora soy Campeón Emerito. Aun estoy intentando descifrar que significa realmente eso”, fue la primera reacción de Sergio Martínez, entre la perplejidad y la curiosidad, al enterarse de la inesperada decisión del Consejo. Lo cierto, es que el alemán Sebastián Zbik, quien hasta este momento fuera interino, pasó a ser el monarca regular y Maravilla… distinguido con una figura que debería honrarlo, muy por el contrario, salió perdiendo: sin su corona de las 160 libras, el quilmeño ahora deberá pagar miles de dólares antes de cada combate que quiera realizar. Prafraseando al clásico de Fiódor Dostoievski, esta novela debería llamarse Premio y Castigo.

Premio. La figura de Campeón Emérito honra a los grandes boxeadores que, tras escribir una gloriosa historia arriba del ring, se encuentran cerca de colgar los guantes. La idea, es que los héroes puedan contar con un cinturón en retribución a sus hazañas. Por eso, en teoría, debería ser un honor para Martínez recibir esta distinción. Castigo. Sin embargo, la propia institución que creó este título se encargó de bastardearlo, pasando de entregárselo a verdaderas leyendas como el británico Lennox Lewis a engrosar los homenajeados con nombres en plena vigencia como los de Floyd Mayweather o Manny Pacquiao. Ese es el caso de Maravilla quien, a pesar de sus 35 años, se encuentra actualmente en el mejor momento de su carrera.

De este forma, el quilmeño salió perdiendo ya que, al haber sido elevado de rango, perdió su faja de los Medianos (CMB) que conquistara de forma brillante ante Kelly Pavlick en marzo de 2010 y defendiera solo una vez, también de manera espectacular, al propinarle un nocaut de antología en el segundo round a Paul Williams en noviembre del mismo año. Es decir, a partir de ahora no podrá exponer ningún título porque nadie puede quitarle el de Campeón Emérito y, encima, el Consejo tiene el derecho de exigirle un 3% de la bolsa bruta de cada combate que protagonice, lo que se transformaría -pensando en que sus futuras bolsas probablemente no bajen de los siete dígitos- en un mínimo de 30 mil dólares de cánon por pelea. En definitiva, este premio para Martínez se parece demasiado a un castigo y un muy mal negocio para su carrera.

Se cree que el hecho de que la cadena HBO desechera por poco marketinara la pelea unificatoria entre Maravilla y, el por entonces interino, Zbik fue el motivo de la medida que adoptó el Consejo. Evitando la polémica, Sampson Lewkowicz, manager del quilmeño, declaró al sitio BoxingScene.com que “es necesario actuar como caballeros y aclarar las cosas. Martínez no fue despojado por el CMB. Fue subido a un nivel mayor como el Campeón Emérito. Sergio quiere felicitar a Zbik por convertirse en campeón. La única razón por la cual no peleó contra él fue porque HBO no lo aceptó. Sin embargo, si él derrota a Chávez, Martínez estaría dispuesto a enfrentarlo.”

Mientras tanto, tal como adelantara Deportes En Quilmes, Martínez solo piensa en el próximo capítulo de su campaña: derrotar el 12 de marzo, en el Casino Foxwoods de Connecticut, al monarca invicto Superwelter (OMB), el ucraniano Sergei Dzinziruk, y convertirse en el segundo boxeador en la historia en conquistar el Cinturón Diamante CMB, nueva y codiciada faja que hasta el momento solo ostenta el PacMan Pacquiao.