Figura indiscutida para cristalizar el primer triunfo de Quilmes en el campeonato. Bernardo Romeo volvió a dar otra dosis más de su experiencia goleadora, de su capacidad en el área, y fu el autor de dos de los tantos del Cervecero ante Newell’s. Así, los de Caruso Lombardi cortaron la mala racha y se ilusionan con dar un poco más de pelea en su dura batalla por permanecer en la categoría. Un triunfo que enamora.

Tardó en llegar, pero por fin se le dio una alegría al QAC en este Clausura. Quizás, tardó demasiado, al punto que casi llega cuando el equipo está condenado a abandonar la categoría. Pero mejor antes que nunca. Más allá de cualquier mínima posibilidad matemática, los tres puntos sirven para levantar la cabeza y mirar al horizonte con la ilusión de una segunda parte del torneo más productiva en todo sentido.

Estaba claro que, en caso de soñar con sumar de a tres, este compromiso ante los rosarinos parecía ideal. Porque llegaban luego de una semana traumática, con malos resultados que continuaban acumulándose y a esto hay que sumarle la salida de Sensini, la incorporación de un entrenador interino y mucha juventud dentro del equipo por ausencias varias.

Pese a eso, el encuentro no fue sencillo ni mucho menos para el Cervecero. Como no lo será ninguno de este campeonato. Pero si mostró a los de Caruso decididos a ser protagonistas del juego. Cuando apenas se habían disputado cinco minutos de juego, el equipo ya había tenido seis tiros de esquina a favor, dato que deja a las claras su ambición inicial…más allá que la justeza a la hora de los envíos falló por su ausencia.

Pero un acierto de Diego Torres (de los mejores de la cancha) en un centro desde la derecha, que direccionó de manera más que correcta Romeo, parecía ser el camino a la tranquilidad. Pero esa sensación duro apenas 180 segundos, que fue el tiempo que tardó la visita para llegar a la igualdad. Mal tomado Bieler por Leyes, floja cobertura sobre Sperdutti, y éste se dio el gusto de meter una bolea contra un palo. Y otra vez los nubarrones se posaban sobre el Centenario…

La segunda parte, arrancó muy parecida a la primera. Con un Quilmes decidido, aunque sin ideas, pero que solo le dejaba a Ñuls el resquicio del contraataque. Y si bien, apareció Peratta para tapar un remate de lejos de Leyes y un cabezazo de Kalinski en las más claras, un cambio del entrenador le traería buenos resultados…es que, el ingreso de Martín Cauteruccio le daría más profundidad a los ataques de su equipo. Y en una jugada bien iniciada por Torres, continuada en Romeo y definida de manera ideal por el uruguayo, volvería a poner a los locales en ventaja.

Ese fue el momento en que el QAC lo tuvo groggy a su rival, cuando debería haber sentenciado la historia. Pero no lo hizo y les dio una pequeña luz a los leprosos, que tuvieron una muy clara en un mano a mano que Camacho se perdió ante Galíndez, al tirarla afuera. Pero el eterno goleador no daría más changüí, y tras un buen centro de Cautera que lo dejaría solo, definiría el marcador tras dos chances de rematar.

Hubo tiempo para alguna jugada más, pero el festejo ya estaba desatado. Tanta bronca contenida se soltó dentro del estadio. Aquellos optimistas hasta el artazgo, volvieron a tomar la calculadora, Los que van a alentar a la camiseta, se ilusionan con un final de temporada más auspicioso. En ambos casos, se fueron felices a casa, y en este momento de Quilmes, no es poca cosa.